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miércoles, 16 de diciembre de 2009

"Nacional es una forma de vida, hay una gran diferencia"


Ayer viajó a Argentina. Lo hizo con el torneo Apertura en el bolsillo y con la felicidad de haber recuperado la alegría de jugar todos los domingos. También cruzó el charco con la esperanza de no volver hasta los primeros días de enero. Es que hay una materia en la que "Matute" debe recuperar el tiempo perdido: la de padre.

En la otra orilla lo esperan sus tres hijos: Matías de doce años, Juan Ignacio de ocho y Santiago de cinco. Los niños viven en Hudson, a 15 kilómetros de La Plata, y juegan en las infantiles de Estudiantes. Los tres tienen los genes paternos por lo que seguramente les aguarda un venturoso futuro futbolístico. El mayor es enganche, el del medio juega de arquero y el menor aún no se ha definido, pero está un poco influenciado por el que se para bajo los palos.

"Me encanta que les guste el fútbol y que lo disfruten. Pero me da lo mismo si juegan al fútbol o si hacen música. Aunque me veo reflejado en ellos, sobre todo en el grande que es muy parecido a mí. Físicamente y en el carácter. Siento como si hubiera comenzado a jugar de vuelta. Aunque cuando yo empecé a jugar a los cinco años, mi viejo me llevaba con mis hermanos mayores, porque no había categoría para mí. Me metían a jugar con los más grandes. Era en `El Cultural`, un equipo del barrio de Avellaneda", contó "Matute" tras hacer un alto en el almuerzo que compartía con uno de sus hermanos y su representante Gerardo Arias.

"Soy bastante tímido e introvertido", reconoció refiriéndose a esa manera de ser que heredó su hijo mayor. "Pero no es por eso que no hablo mucho con la prensa. Eso pasa porque se habla poco del juego en sí y tenés que contestar siempre las mismas preguntas. Es aburrido. El otro día contesté cuatro veces lo mismo: cómo me sentía jugando al lado de Lodeiro. Si fuera periodista no lo preguntaría porque creo que se nota. Que la gente lo ve", afirmó antes de pasar a hablar de lo que no se nota a simple vista: cómo se siente con Lodeiro fuera de la cancha.

"Me llevo muy bien, él es un chico que escucha mucho y eso hoy en día es bastante raro. Creo que me escucha porque sabe que todo lo que le digo es con buena intención. Compartimos la misma posición y es común que haya celos. Pero yo no me siento celoso, al contrario. Quiero que sea el mejor. Mejor que yo, mejor que Messi. Si yo puedo ayudar desde alguna parte, sea en lo futbolístico o en lo humano, para que lo sea me voy a sentir muy contento".

MENOS ERRORES. Los consejos de "Matute" pasan por contarle a "Nico" lo que vivió. "Le digo cosas que le pueden pasar y que me pasaron a mí, en mi vida futbolística y personal y creo que lo puedo ayudar a que cometa menos errores. Errores va a cometer, es inevitable, pero al menos que no tropiece con mis mismas piedras. Que el camino no le sea tan duro como me fue a mí. En algunos momentos no fui aconsejado de buena manera. Mi entorno no era el mejor y eso me hacía equivocarme mucho y mal. Mi carrera hubiera sido otra si hubiera estado acompañado de otra manera", dijo.

"De todas formas, no me arrepiento porque en ese momento creía que era lo que tenía que hacer. Luego, con el tiempo me di cuenta que mi trayectoria podía haber sido otra. Podía haber jugado más tiempo en Italia y en España, pero por mi carácter y por hacer lo que creía que tenía que hacer me iba. Había cosas que no me gustaban en determinado club y hacía cosas para irme. Si hoy viviera lo mismo me bancaría más. No me iría".

Volviendo al presente, aseguró que no hay nada en Nacional que lo haga siquiera pensar en la posibilidad de irse. "No encuentro nada que me haga sentir mal. Desde que llego al entrenamiento hasta que me voy disfruto de todo. Y el después también, porque he hecho amigos, algo que en el fútbol es difícil. He hecho amigos dentro del equipo y del club: el `Nico`, con quien tengo una relación muy linda y Matías Rodríguez. Aunque me llevo muy bien con todos".

DISFRUTE. El volante reconoció que cuando llegó a Montevideo, hace un año y medio, no pensó que iba a vivir algo tan bueno como lo de este último semestre. "Vine pensando en que de repente jugaba seis meses o un año y dejaba el fútbol. Porque venía mal. Había estado en varios equipos y en ninguno me había ido bien. Ahora en cambio tengo ganas de seguir, al menos mientras lo disfrute como lo estoy disfrutando ahora", relató.

"Acá me recuperé y no sólo en lo futbolístico. También en mi vida personal. Estoy muy tranquilo. Se vive muy bien en Uruguay. De repente ustedes no se dan cuenta de la seguridad y la tranquilidad que tienen, pero cuando se viene de un país como Argentina se valora mucho. Y eso se ve reflejado en lo que uno hace, sea fútbol o cualquier otra cosa", dijo.

"Nacional es el campeón porque fue el mejor", dijo a la hora de explicar por qué se quedaron con el Apertura. "Y es el mejor en muchos aspectos. En la organización que tiene, en los lugares de entrenamiento, en la gente que trabaja en el club, como las cocineras y el personal de limpieza. Nosotros tenemos que preocuparnos sólo de entrenar y jugar el fin de semana porque tenemos todo. Y sabiendo que en otros clubes se carece de estas cosas, ya empezamos ganando. Después está el talento y la capacidad de cada jugador y la forma en que el técnico tenga de jugar. Hay una gran diferencia, pero no sólo de plantel como dice la mayoría, de todo. El club está bien en todo aspecto. Creo que hay que tener cultura para encarar la vida. Y Nacional es una forma de vida", finalizó.

Su familia en Uruguay es alemana

Ángel Morales almuerza todos los días en el Oro del Rhin del Montevideo Shopping. Asegura que la gente de ese establecimiento lo contiene y se ha convertido en su familia en Uruguay. "Me tratan como si fueran parte de mi familia. Me hacen de comer lo que yo quiero y me lo preparan como me gusta. Me miman. Les estoy muy agradecido. El año pasado fue difícil para mí, como sucede cuando las cosas no se te dan, y encontrar en gente que no te conoce tanto apoyo no es habitual. Gente que no me trata como futbolista, sino como persona y que me da tanto cariño", contó el volante.

Pero la gente del Oro del Rhin no es la única que le brinda cariño al jugador argentino. Caminar con él por el shopping no fue sencillo. "Es parte del fútbol. Cuando te toca andar bien pasa esto, cuando no andás tan bien, como pasó todo el año pasado, apenas te miran. Algunos se preguntaban cuándo me iba, que ya estaba viejo. Por eso, aunque esto es un reconocimiento a lo que estoy pasando ahora, no me lo creo".

Fuente:ovacion

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