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lunes, 2 de marzo de 2009

Rey de copas


Oscar Javier Morales y diez más. Todo técnico que lo tenga en su equipo no debe dudar de esta afirmación. Es que "Ojota" es garantía de éxito, de buen rendimiento y de ascendencia positiva en cualquier plantel de fútbol. Sus números lo avalan. Pero no solamente su carrera se cimentó en sus pasajes con la tricolor en el pecho, sino que Morales ya venía saboreando el éxito desde que estaba en Cerro.

Allí, en la Villa, comenzó a edificar una carrera llena de títulos que al día de hoy llegan a 17 vueltas olímpicas dadas en poco más de diez años de carrera profesional. No le faltó nada en su cosecha. Desde los títulos más chicos hasta los más importantes. Todo está en el haber de "Ojota". Lógicamente que en estas cuentas falta algo internacional, pero no se le puede achacar a un solo jugador lo que todo el fútbol uruguayo no logra desde hace 20 años. Por tanto, el logro de Oscar Morales es incuestionable. En medio de la tranquilidad que brinda una fecha sin fútbol para Nacional, Ultimas Noticias charló en extenso con el actual capitán de Nacional.

- ¿Llevás la cuenta de los títulos oficiales que tenés en tu carrera?

- No, la verdad que no…

- Son 17: los tres primeros con Cerro y los otros 14 con Nacional.

- Sabía que eran muchos pero no que eran tantos… je je… Nunca me detuve a llevar la cuenta.

- ¿Y la primera sensación frente a esta noticia cuál es?

- Que me diste una alegría muy grande. El fútbol me dio la oportunidad de poder vivir de lo que amo y que eso se vea reflejado en tantos logros me llena de satisfacción.

- ¿Cuáles de estos títulos recordás con especial interés?

- Siempre lo primero que conseguís en el fútbol es lo que te deja marcado. Aquella campaña que hicimos con Cerro en la "B" fue espectacular. Además eso lo viví como una revancha porque el año anterior me había ido al descenso con el equipo y se hicieron las cosas muy bien para volver enseguida. Quedé en la historia del club. Lógicamente que los Uruguayos con Nacional son los mejor, porque es a lo más alto que podés aspirar en el medio local. Los Apertura y Clausura son lindos de ganar pero no definen nada, esa es la verdad. Las liguillas vienen a ser como el consuelo que te queda a fin de año y de esas, por suerte, también tengo algunas ganadas.

- ¿Soñabas en aquel tiempo de Cerro todo lo que se te vendría después en tu carrera?

- Como soñar, soñás muchas cosas. Después se fueron dando las circunstancias que me llevaron a conseguir cosas muy importantes en mi carrera profesional. De a poco te vas ilusionando con más. Cuando recién aparecí en la primera de Cerro lo que más quería era jugar muchos partidos, después que me llegara el pase, pasar a un grande, jugar en la selección e irme al exterior. Por suerte pude cumplir con todas esas cosas.

- ¿Te acordás de tu primer día en Nacional?

- Por supuesto. Fue un 4 de marzo. El último día del período de pases firmamos junto con el "Tomate" Luis Espíndola y el "Chengue" Morales. Los tres nos fuimos esa tarde para Los Céspedes y lo primero que hicimos fue ir hasta el chalet de los técnicos porque nos dijeron que Hugo de León quería hablar con nosotros. Ahí nos dijo cuáles eran los motivos por los que nos había pedido y que hiciéramos las cosas bien para tener oportunidades en el equipo. Era bravo llegar en ese momento, porque el club venía de ganar absolutamente todo el año anterior (1998) y el grupo estaba armado. Por suerte nos recibieron muy bien a los tres y nos integramos enseguida.

- ¿Costó llegar de la "B" a un cuadro que era imposible de doblegar en ese momento?

- Se fue dando todo muy rápido y asimilé sin problemas el cambio. Además a los 15 días de haber llegado al club me dieron una sorpresa tremenda cuando me dejaron concentrado para un partido oficial. Debuté contra Liverpool en el Apertura de ese año. De ahí en más todo fue saliendo bastante bien.

- ¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera, en el que se vio lo mejor de tu juego?

- Pasa que yo pongo todo en la balanza siempre. La carrera del futbolista se alarga mucho si tiene buenas temporadas y si todo te sale bien podés asegurar la renovación de tu contrato y eso lleva a que tengas más confianza en lo personal. Por suerte en algunos períodos largos mantuve un promedio de buen juego.

- Lógicamente que no todas han sido rosas en tu camino…

- Por supuesto que no. La primera gran amargura de mi carrera fue aquella final del Uruguayo del '99, que teníamos que haber ganado porque éramos mejores. Pero después se dio que conseguimos tres Uruguayos de corrido y eso hace olvidar algunas cosas... ja ja. Tuve picos en mi rendimiento, de los buenos y de los malos, pero es lógico que eso pase. Los momentos buenos me llevaron a la selección y al exterior, pero no me puedo olvidar que también tuve de los otros.

- En Nacional te han dirigido unos cuantos directores técnicos y jugaste con todos…

-Es verdad. De León fue el que me pidió para que llegara el club y de eso no me puedo olvidar. Me fue llevando de a poco. Después llegó Carreño, que en aquel momento era un joven con muchas ganas y con él gané mi primer Uruguayo. Luego estuvo seis meses el "Vasco" Ostolaza, con quien hicimos una gran Libertadores pero en lo local no salieron las cosas y se tuvo que ir. En 2005 aparece Lasarte y fue una gran etapa para todos y cuando volví del exterior estaba Carreño de nuevo. Ahora con Pelusso todo está yendo por los carriles del éxito.

- ¿Qué cambió de aquel Morales que debutó muy joven en Cerro a este capitán y referente de Nacional?

- Lo notás en el día a día. Estás maduro y eso te da tranquilidad. Pero siempre estoy aprendiendo, porque incluso de los más jóvenes vas sacando cosas que te ayudan. Los mayores somos los espejos de esos botijas y eso está bueno. En cuanto a lo del capitanato es una circunstancia. La verdad, para ser sincero, pude haber sido capitán algunos años atrás pero a De León le dije que le agradecía la oportunidad que me daba pero que prefería el anonimato y que había otros compañeros en ese equipo que estaban mejor preparados que yo. Pasa que ser capitán de un equipo no solo es ponerse la cinta y hacer el sorteo antes de los partidos. Es una responsabilidad muy grande la que tenés que asumir.

- ¿Y ahora que cambió para que aceptaras ser el capitán?

- Primero, tengo más años y no hay tantos mayores en el plantel. La mayoría no tiene mucho recorrido. Cuando se fue el "Chengue" vino Pelusso a proponerme de nuevo ser el capitán y acepté. Fuera de la cancha uno asume muchas cuestiones que tal vez en otro momento no hubiera podido hacerlo. Ser el capitán es algo muy serio.

- Una vez el Chengue me dijo en una nota que vos eras un fuera de serie como jugador pero te perjudicaba en tu carrera que no tenías prensa porque no te gustan las notas, ¿creés que eso es así?

- Por mi manera de ser en la vida es verdad. Siempre me manejé así. La autocrítica la hago para adentro y no salgo a los medios a decir cosas que no tengo que decir. Quiero pasar lo más desapercibido que pueda. Las críticas de la prensa, a favor o en contra, son lógicas porque para eso están, pero lo que no me gusta para nada es todo lo extrafutbolístico. Por eso voy poco a los programas de televisión y hablo lo justo por las radios. Prefiero que si hay problemas en el grupo los mismos se resuelvan dentro del vestuario y que nadie se entere. Hay que asumir esos momentos con calma y para no conspirar contra el grupo lo mejor es que uno no salga a hacer declaraciones a los medios de prensa. Al menos es mi forma de pensar.

- En lo local no te queda nada por ganar porque ya tenés en tu haber todo lo que se disputa, pero una consagración a nivel internacional está el debe seguramente.

- Eso es verdad, pero no solamente en el debe mío o en el debe de Nacional. Ganar un título internacional está en el debe del fútbol uruguayo. Jugué muchas Libertadores y te puedo asegurar que son difíciles porque nunca sabés que cruce te puede tocar en el camino. En 2002 estuvimos cerca de llegar alto, pero perdimos la serie con el Gremio por poco y quedamos en la puerta de las semifinales. Después en la Sudamericana de ese mismo año quedamos a nada de entrar a la final porque perdimos en la definición por penales con el Atlético Nacional. La verdad es que quiero llegar mucho más lejos que los cuartos de final en la Libertadores. Eso sí que lo tengo en el debe.

Tiene 78 partidos internacionales oficiales

Todos los años en los que ha defendido al tricolor ha disputado partidos por torneos internacionales. "Ojota" registra antecedentes en Libertadores, Sudamericana y la extinta Mercosur. Donde más lejos pudo llegar fue en la primera edición de la Sudamericana, cuando el Atlético Nacional de Colombia eliminó a los tricolores en las semifinales. A nivel de Libertadores solamente una vez pudo llegar a los cuartos de final y en la actualidad se encuentra su novena edición de este torneo. Sumando todas sus actuaciones, en la actualidad Oscar Morales tiene 78 partidos internacionales con la camiseta de Nacional en el pecho. 51 son de Copa Libertadores (1 en 1999, 8 en 2000, 4 en 2001, 10 en 2002, 8 en 2003, 6 en 2004, 5 en 2005, 8 en 2008 y 1 en 2009), 10 de Sudamericana (6 en 2002 y 4 en 2003) y otros 17 por Mercosur (6 en 1999, 6 en 2000 y 5 en 2001).

Catorce años en Primera

Oscar Javier Morales Albornoz, nació el 29 de marzo de 1975 (33 años). Comenzó a jugar al fútbol a en el baby de Central Español cuando tenía 8 años. Luego pasó a Huracán Villegas y desde los 13 arrancó en las juveniles de Cerro. En ese barrio aún vive. Ni todos los dólares que pudo haber cosechado en su extensa carrera han logrado mudarlo. El resto de la trayectoria es conocida: Cerro (1996-1998), Nacional (1999-2005), Valladolid de España (2005-2006), Málaga de España (2006-2007) y Nacional (2007-2009).

Fuente:ultimas noticias

El fútbol los cría y ellos se juntan por la izquierda


Cuando Nicolás Lodeiro entró para jugar los últimos minutos del partido ante Universidad San Martín de Porres en el debut de la Copa Santander Libertadores, apenas se conocía con sus compañeros de banda.

El juvenil se paró en la izquierda y allí se encontró que al lado tenía a un melenudo que conocía de haberlo visto por televisión jugando en el fútbol argentino, Federico Domínguez, y un poco más adelante a un flaco morocho que le habían dicho que venía de Boca y se llamaba Marcos Mondaini.

Sin embargo, como los buenos jugadores no necesitan hablar otro lenguaje que el del buen fútbol, nadie notó que en la cancha ni se llamaban por sus nombres sino que simplemente se gritaban: "¡eh, la pelota; pasame la pelota!", según contó Mondaini a Ovación, algo que ya había comentado en su momento "Nico", aunque sin tanto lujo de detalle en cuanto a qué se decían.

Lo cierto es que hoy el sector que mejor entendimiento tiene Nacional es el izquierdo. Las jugadas las comienza Domínguez, pasan por Lodeiro y culminan con Mondaini, autor de dos goles en el movimiento del sábado en el Parque Central. "De a poco me voy conociendo mejor con los compañeros y voy conociendo sus movimientos. No sólo los de `Fede` y `Nico`, sino también los del `Morro` (García) y Fernández", destacó el punta argentino. Confiesa también que a Lodeiro lo vio jugar "algunos minutos nomás en el Sudamericano Sub 20 y la verdad es que me sorprendió. Luego, cuando vino acá, nos entendimos enseguida y eso que ni habíamos entrenado juntos". Lo concreto es que Nacional basa su fútbol en la banda izquierda. Los tres juegan como si hubieran hecho todas las juveniles juntos y abren brechas para que, por el otro lado, aparezca el "Flaco" Fernández y meta los goles.

El miércoles Domínguez, Lodeiro y Mondaini volverán a estar juntos para suerte de Nacional y para desgracia de Tacuarembó.

Fuente:ovacion

La defensa pagó los platos rotos


Gerardo Pelusso vuelve a mirar el monte y no el árbol. Para definir el Uruguayo y llegar lo más alto posible en la Copa Santander Libertadores, los objetivos trazados para este año, necesita que el plantel llegue en óptimas condiciones físicas a las instancias cumbres y para ello no debe desgastarlo.

Se planificó una política de rotación del equipo, la cual Pelusso no abandonará en esta instancia, pese a que habrán pasado 10 días entre el encuentro con Juventud y el juego del miércoles frente a Tacuarembó. Se encara esta fecha del Clausura como si fuera la doble actividad por la Copa, en la que habría que jugar entre semana. Es por ello que la formación titular para el partido ante los golpeados rojos del Norte (cayeron 5-0 en casa el sábado ante Cerro) en el Parque Central presentará cuatro cambios con respecto a la que enfrentó a los pedrenses.

"No estuvimos firmes en defensa", dijo Pelusso apenas concretado el empate (2-2) ante Juventud. Y queda claro repasando la oncena que colocará ante los tacuaremboenses, porque tres de las cuatro variantes son en la retaguardia. La primera estará en el arco, ya que Rodrigo Muñoz suplantará a Leonardo Burián. Hay otras dos en la línea de cuatro, pues salen Pablo Caballero y Martín Galain para dejarle paso a Matías Rodríguez y Mauricio Victorino, quien hizo fútbol el sábado en el Parque Central con los titulares y se mostró en buena forma, a tres semanas de haber sufrido la luxación de codo. Por lo tanto, los cuatro del fondo serán Matías Rodríguez, Martín Rodríguez, Victorino y Domínguez.

El mediocampo no sufrirá variantes. Continuarán Álvaro Fernández, "OJ" Morales, Arismendi y Lodeiro, por cuanto "Matute" Morales se mantendrá como relevo.

En ataque se producirá el otro cambio, pues el argentino Mondaini reemplazará a Sergio Blanco para formar dupla con el "Morro" García.

"Grillo". El entrenamiento del sábado sirvió, entre otras cosas, para ver en acción a Gustavo Biscayzacú, la flamante incorporación del elenco tricolor. "Físicamente me encuentro bien, pero me falta fútbol y eso sólo lo voy a conseguir con partidos", dijo el "Grillo" en su presentación. Y no mintió. Fue a todas, picó, se mostró, corrió para ayudar en la recuperación del balón y se tiró unos metros atrás para armar alguna pared, como una en la que dejó solo y de cara al arco a Martín Cauteruccio, pero el disparo de éste salió por encima del travesaño. Sin embargo, no estuvo fino con la pelota. Un par de veces quiso rematar y le pegó al piso.

El hecho positivo fue el retorno de Roberto Brum a la práctica de fútbol. El volante venía recuperándose de una distensión muscular que le impidió estar a la orden en el debut, pero el sábado jugó durante una hora. Pelusso armó tres equipos. El A, de azul, fue el titular. El B (rojo) jugó con Burián; Caballero, Romero, Galain, Diego Rodríguez; Pereyra, Calzada, Píriz, "Matute" Morales; Medina y Blanco. El C (blanco) fue con Nicola Pérez; Rolín, Coates, Alejandro Rodríguez, Filgueira; Cazulo, Brum, Rafael García, Oyarbide; Biscayzacú y Cauteruccio.

Blanco abandonó el movimiento con un fuerte golpe en el gemelo de la pierna izquierda y su lugar lo cubrió Biscayzacú, ingresando Álvaro Apólito al equipo C.

Blancos y rojos empataron sin goles, los azules vencieron 1-0 ("OJ" la colgó del ángulo desde fuera del área) a los rojos y luego 3-1 a los blancos, con dos tantos de Mondaini y otro de "OJ" Morales de larga distancia. Cauteruccio hizo el del equipo C.

Fuente :ovacion