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lunes, 10 de agosto de 2009

EL RELOJ DE ARENA


El reloj dejaba caer las piedritas de arena vaciando la cápsula de cristal superior para alimentar con este elemento la cápsula inferior, de manera no solo de testificar el paso del tiempo sino también, como forma de equilibrar la percepción sobre su transcurso, tan lento y casi eterno para quienes aguardan la llegada de un final con un solo gol de ventaja, y tan veloz y fugitivo desde la óptica de quienes se encuentran con un resultado adverso por diferencia mínima.

Más aún cuando se trata de una contienda deportiva eliminatoria, donde quien pierde se despide de la competencia. Más aún cuando lo que está en juego es el pasaje a la final del principal torneo continental. Y más aún, cuando están frente a frente dos camisetas clásicas, donde el contrincante no es un mero y circunstancial rival sino el más acérrimo enemigo; donde la derrota no solo significa un dolor y una humillación propia sino también la alegría y gloria jamás deseada para el peor de los adversarios.

Era el 16 de julio del año diecisiete luego de Maracaná y la Copa Libertadores aguardaba por un finalista uruguayo. La ventaja en la serie semifinal le daba a Nacional la clasificación con un empate, pero el resultado parcial que no se congraciaba con los méritos del juego favorecía a Peñarol. Goncalvez con un remate de cuarenta metros había abierto el tanteador, luego Celio, una garantía de gol tricolor igualaba el duelo tras la ejecución de un tiro libre sobre el arco de la tribuna Ámsterdam. Spencer promediando el segundo tiempo inclinó nuevamente la balanza para los aurinegros. Faltaban quince minutos para el final cuando Cincunegui vio la tarjeta roja.

El empate no llegaba y la impaciencia se iba adueñando de la parcialidad alba, que veía como la clasificación se escabullía como arena entre los dedos que seguía cayendo en el reloj.

Y para completar esa vorágine de sentimientos en plena ebullición, la ira e indignación se sumaron invitadas por el paraguayo Lezcano, que en el transcurso del partido, aprovechando un espacio de soledad en el campo de juego tuvo la poco feliz idea de sentarse sobre la pelota.

Parecía que se iba la vida en un suspiro final. Las últimas piedritas comenzaban a caer completando el ciclo del reloj de arena cuando Urruzmendi efectuó un saque lateral desde la tribuna América, frente al túnel por el que accede a la cancha el conjunto visitante. El saque de manos fue devuelto de cabeza por Espárrago. La tribuna clamaba porque Urruzmendi ahora con la pelota en los pies levantara un centro al área rival, pero este pase se demoraba o parecía demorarse más de lo que la ansiedad del público podía tolerar, quizás en beneficio de la precisión o vaya a saber uno porqué.

Por fin partió la pelota desde la punta izquierda tomando vuelo en dirección del corazón del área rival. Allí, entre Lezcano y Figueroa, el Marqués Ruben Sosa, un jugador exquisito y excelente cabeceador esperaba el esférico que era acompañado por la mirada de todos los presentes, que aguardaban el destino que iba a tener el balón luego de ser impulsado por el parietal derecho del argentino.

Pero el desenlace previsible se perdió cuando el Marqués, inclinó levemente su cuerpo sobre sus rodillas y en vez de rematar al arco decidió cambiar el rumbo de la pelota en el preciso momento en que caía la última piedrita de arena del reloj.

Con el golpe de cabeza del argentino se detuvo por un ínfimo momento el tiempo, ese breve suspiro que es necesario para girar nuevamente el reloj de arena antes que el tiempo siga nuevamente su curso. Con ese cabezazo se congeló por un instante la expectativa y la ansiedad del público y los corazones acelerados se detuvieron al igual que los relojes.

Al girarse por completo esa artesanal máquina de precisión en cristal y arena, solo dos cómplices privilegiados despertaron un suspiro antes de ese breve letargo. En primer lugar, la pelota, impulsada ahora en sentido contrario para superar quizás como escarmiento del destino la humanidad de Lezcano; y en segundo término Celio Taveira, que aprovechó esta circunstancia para ganar la posición, elevando elegantemente su figura con las manos a los costados de su cuerpo apuntando al cielo como diciendo “yo no fui”, para asestar luego un implacable cabezazo que volvió a hacer correr el tiempo en los relojes.

Cuando el resto de los protagonistas y los espectadores reaccionaron, la pelota impulsada por el golpe de cabeza cruzado del brasilero formó una parábola que terminó en las redes del arco defendido por Errea sentenciando la igualdad.

Fue tal el impacto, tanta la emoción, tanto el asombro por lo espectacular del desenlace de esa jugada en ese momento límite de agonía extrema, que la voz de festejo de los hinchas, más que un grito de gol fue una explosión de alaridos que brotaron del alma quemando las gargantas, humedeciendo los ojos, erizando la piel y provocando que los corazones golpearan con inusitada vehemencia dentro de cada ser, como luchando por liberarse del cuerpo de cada uno de los extasiados hinchas.

Quienes allí estuvieron esa noche, juran que pueden indicar en el área de la tribuna Colombes la trayectoria exacta que recorrió la pelota, como si hubiese quedado flotando en el aire un punto imaginario que indicara el sitio del primer cabezazo, el que hizo detener por un instante el tiempo y el sitio del segundo, el que volvió a hacerlo andar.

Pregunten a los testigos de aquella jugada ¿quién fue el Marqués Ruben Sosa? a ver si en la respuesta sobre las virtudes y habilidades del talentoso jugador no figura la mención de que fue “el de la agachadita para el pase de cabeza para el gol de Celio”, y pregunten también ¿quién es Celio? a ver si más allá de las referencias como goleador implacable no se hace inevitable la mención de que fue “el del gol para eliminar a Peñarol luego del pase del Marqués Ruben Sosa”.

En dos cabezazos en el área, se encontraron un talentoso argentino y un goleador brasilero, que quedaron por ese gol unidos para siempre en la memoria colectiva de una generación. Porque no fue solamente un gol, ese fue “el gol”, ese que queda atesorado en la mente y el corazón del hincha, en el sitio reservado para el más especial de los recuerdos.

Norberto Garrone

Escucha Dale Bolso en internet los lunes de 21 a 22 en www.nuevotiempo.com.uy

“Saldremos siempre a ganar todo”


El flamante director técnico de Nacional reconoció que no sale de su admiración luego de tres días de trabajo en Los Céspedes.

“Comenzamos con muchas expectativas y ahora combinamos asombro y placer por llegar a una institución que está pensada, ideada y planeada. Hace dos años había hablado con Alarcón y me había planteado todas sus ideas y uno de afuera siguió y vio que va cumpliendo. Ahora desde adentro estoy asombrado. Nada está improvisado y eso a mí me tranquiliza”.

Eduardo Acevedo, que hoy partirá rumbo a Colonia a realizar la pretemporada con el grupo de jugadores, admitió también que apenas tomó el cargo, asumió la responsabilidad de “salir siempre a pelear todo lo que se me proponga. Así será Nacional, saliendo a ganar todo”.

Refiriéndose al armado del nuevo plantel, dijo que “se siguen analizando cada alta y cada baja. Hay una ventaja en Nacional que es la de mantener dos o tres referentes en el plantel como lo son Ojota Morales, el “Cacique” Medina o “Matute” Morales. Son referentes y saben lo que es la cultura del club. Si bien ahora me faltan otros jugadores como Victorino, Romero, Domínguez, Fernández y posiblemente Arismendi, estoy tranquilo por los grandes que quedan porque son la referencia de los menores. En Cerro eso me pasó con Pellejero, Pallante y Dadomo, por ejemplo. Esa estructura la tiene Nacional donde también son referentes Alarcón, Enríquez y yo en la parte técnica. No es deshacemos todo y armamos de nuevo”.

Cuando fue consultado acerca de la situación de Gustavo Biscayzacú (finalizó su contrato), Acevedo respondió al panel de Punto Penal que: “Estamos viendo porque se terminó su contrato. Pero desconocerlo o negarlo no sería inteligente de nuestra parte. Tenemos que evaluar en esa posición porque tenemos al 'Morro' García, al 'Cacique', al 'Chapita' Blanco y está supeditado a eso”.

En cuanto a las altas, el DT dijo: “Lo de Lembo está solucionado y con Regueiro estamos ahí, bastante encaminados. En cuanto a Gustavo Varela, quedé impresionado y contento. Hablé con el doctor Suero y me contó de su gran evolución y realmente lo vi con gran potencia física y una disposición tremenda. Lo vi más adelantado de lo que pensaba y es muy interesante para nosotros”.

Finalmente, refiriéndose a la posible contratación del zaguero Gonzalo Godoy comentó: “En ese puesto por ahora hemos traído solo a Lembo pero está lo de Godoy que para Nacional será una inversión porque es muy joven y tiene una proyección enorme. Se está buscando la manera de traerlo”.

Fuente:ultimas noticias

"Vengo a sumar y a dejar lo máximo, como lo hice cada vez que jugué"


Alejandro Lembo fue presentado oficialmente pasadas las 13 horas de esta tarde, poco antes de que Nacional partiera a Colonia para realizar su pretemporada.

Haciendo hincapié en el retorno de un capitán y referente albo, la presentación de Lembo se consumó como el nuevo -pero no último- refuerzo de Nacional de cara a la próxima temporada.

Lembo respondió a preguntas sobre su pasaje por Danubio, en otra oportunidad en la que los tricolores esperaban hacerse con sus servicios, y sobre su presente y futuro como jugador tricolor.

El defensor estableció como diferencia con el año pasado el intere´s de "todas las partes" en llegar a un acuerdo. "No cambió nada, ya que yo siempre dije que quería volver a Nacional y la gente del club decía que pretendía que yo volviera en algún momento", declaró el defensa.


"Si fuera por mi hubiera firmado contrato por 10 años. Vine para quedarme", afirmó

Fuente:ovación

"Estoy desilusionado y decepcionado con todo esto"


Veintiún jugadores partieron esta tarde hacia Colonia para alojarse en el Days Inn hasta el próximo lunes.

El plantel está compuesto por 16 jugadores con experiencia en el primer equipo y cinco juveniles que se foguearon en Colonia con el primer equipo.

La gran sorpresa de la lista es la ausencia de Gustavo Biscayzacú, a quien se le terminó el contrato y no estaría en los planes de Acevedo.

En diálogo con las Voces del Fútbol por la 890, el "Grillo" expresó su indignación hacia la situación.

"Estoy con un sentimiento de amargura... en el fútbol lamentablemente hay poca memoria. A mi no me gusta quedarme en un lugar donde el técnico no me quiere... capaz que no le gusta un jugador que haga tres goles en un clásico o un gol decisivo en una final, pero lo respeto y mi carrera sigue", expresó Biscayzacú.

El "Grillo", goleador clásico y figura tricolor, ya no será parte del plantel de Nacional y de acuerdo a lo indicado fue el gerente deportivo, Daniel Enríquez, quien le informó la decisión del club y de Acevedo.

"Enríquez me llamó para decirme que no entraba en los planes de Nacional y que el entrenador no me quería. Estoy desilusionado y decepcionado con todo esto."

"Acá contrataron jugadores antes de que llegara el técnico, esto estaba hablado de antes o el técnico no sabía los jugadores que iban a venir. La decisión estaba tomada o se ratificó cuando llego el técnico", dijo el "Grillo" quien aclaró que su desvinculación no corresponde a temas económicos.

El jugador que confirmó que rechazó ofertas de un equipo ecuatoriano y otro argentino para quedarse en Nacional, tiró además una bombita para la dirigencia tricolor: "no me como el filo barato del técnico, lo conozco bastante bien y sé como actúa... lo hace para quedar bien con todo el mundo".

Otro que no sigue en los tricolores el Jorge Cazulo, a quien Nacional planea rescindirle el contrato, por lo que tampoco viaja a realizar la preparación física de la pretemporada.

Otro que no viaja es Martín Rodríguez cuyo préstamo, procedente de Banfield de Argentina, llegó a su fin.

En el plantel tricolor que partió a Colonia se cuentan el delantero Sergio Blanco, quien finalizó hoy de su licencia, y Pablo Caballero, jugador que estuvo en duda hasta el último momento ante su posible salida.

El plantel es el siguiente:

Rodrigo Múñoz

Leonado Burián

Pablo Caballero

Matías Rodríguez

Alejandro Lembo

Martín Galaín

Matías Abero

Cristian Núñez

Oscar Javier Morales

Diego Arismendi

Ángel Morales

Gianni Guigou

Eduardo Aranda

Gustavo Varela

Alexander Medina

Sergio Blanco

más los juveniles:

Alexis Rolín

Rafael García

Diego Barboza

Gonzalo Ramos

Gonzalo Novo

Fuente:ovación