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domingo, 12 de diciembre de 2010

GANAR COMO NACIONAL (Segunda parte)

Nueve títulos internacionales oficiales alcanzó Nacional en sus tres primeras décadas de existencia, un club que no necesita agregar una locución adverbial de modo para referirse a sus triunfos, porque desde sus orígenes las victorias deportivas han sido lo natural y han sabido hacer honor a su denominación (20), origen (21), colores (22) y por designio del destino, a su sitio de afincamiento (23).

Ya entrada la década del treinta el primer equipo espectáculo de nuestro profesionalismo (24), trajo entre tantos valores deportivos, al gran capitán del fútbol uruguayo, el triple campeón mundial José Nasazzi, hasta entonces jugador de Bella Vista y quien ya había sabido defender los colores del pabellón artiguista durante el desarrollo de la gira europea de Nacional en el año 1925. Nuestro segundo mariscal (25) junto al también olímpico Héctor Castro, supieron brindarle a la selección uruguaya uno de sus últimos servicios de gloria. Fue en los albores del año 1935, cuando se volvían a enfrentar luego de la final de 1930 las selecciones nacionales de ambas márgenes del Río de la Plata en el partido definitorio del campeonato sudamericano desarrollado en Perú (26). El triunfo oriental ante la favorita Argentina, dio origen al comienzo del mito de la “garra charrúa”, muchas veces deformado en cuanto a su real significado (27) y con una denominación de alto valor emocional pero tristemente desajustado a la historia de nuestro país (28). Meses después argentinos y uruguayos volverían a encontrarse, esta vez en un sentimiento de pena, para llorar juntos la muerte de Carlos Gardel (29).

Nacional que ya le había enseñado a Uruguay el camino a la gloria, precisamente en su primera victoria internacional en setiembre de 1903, y que supo demostrar siempre querer y saber honrar a nuestra selección; en el año 1938 le va a enseñar al mundo que a un equipo oriental no se le gana con prepotencia, violencia ni amenazas, y con ello le va a sacar a nuestro fútbol la “chapa de guapo”, por ser valiente y corajudo y sin ser nunca traicionero ni matón.

Fue el diecinueve de febrero en la ciudad de La Plata, en el marco de la disputa de la segunda edición del Campeonato Nocturno Rioplatense, torneo que reunía a los más importantes clubes de ambas orillas del Rio de la Plata (30): Nacional y Peñarol de Montevideo, River Plate, Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro de Buenos Aires, Newell’s y Central de Rosario, Racing Club e Independiente de Avellaneda y Estudiantes de La Plata, el anfitrión de aquella jornada con clima de guerra.

Aquel diecinueve de febrero en un ambiente hostil en donde con armas de fuego pretendieron amedrentar la delegación tricolor previo al partido, con las tribunas que rugían al grito de “leña, leña”, y con la violencia desatada en su máximo esplendor dentro de la cancha, los cortes en el cuero cabelludo de varios de nuestros jugadores salpicaban las camisetas blancas hasta hacerlas confundir con las del equipo local. En el entretiempo de aquel partido, haciendo oídos sordos de las amenazas de muerte y golpes que se escuchaban del otro lado de la puerta del vestuario, el gran capitán Ricardo Faccio (31) reunió a sus compañeros y sentenció como mandato y juramento “pase lo que pase ganaremos este partido por el honor nuestro, de Nacional, de nuestro país y de nuestras familias” (32). Escribía Wing (33) en la crónica de aquel partido, que ante el pedido salvaje de la hinchada local reclamando cadáveres contrarios, “podían pedir cualquier cosa…que allí, en la alfombra de la cancha engramillada había once fieras de blanco que en vez de achicarse ante la imposición del pedido, se levantaban como leche en el hervor”. Ganó Nacional dos a uno con conquistas de Atilio García, uno de los jugadores que terminó con su camiseta ensangrentada, al igual que Lirio Fernández y Alejandro Morales. Un par de días después la Comisión Directiva del club resolvió “hacer una gran fotografía de todos los jugadores que actuaron contra Estudiantes de la Plata, y ponerle al pie una plaqueta alusiva a la extraordinaria hazaña salpicada de coraje y sangre” (sic). Las camisetas ensangrentadas  fueron exhibidas durante varios días en las vitrinas de las más importantes casas comerciales de la principal avenida montevideana.


Desde esa noche el mundo supo que a un equipo oriental no se lo lleva por delante por medio de la fuerza y lo supo gracias a Nacional.

Si bien no se trató de un torneo oficial, y por lo tanto no lo contabilizamos en la estadística como tal, la importancia del campeonato y sus participantes nos lleva a recordar la marcha triunfal hacia la obtención del Torneo Nocturno Rioplatense de 1938. Se comenzó ganándole a Independiente por uno a cero,  el día veintitrés de enero en cancha de River argentino con gol de Roberto Porta. El treinta de enero en el Estadio Centenario se venció al Racing Club por dos a uno con goles de Arturo De León y Francisco Arispe. El cinco de febrero en cancha de Rosario Central se obtuvo el triunfo por mínima diferencia ante Newell’s  con gol de Atilio. El doce de febrero en el Centenario se derrotó a San Lorenzo por tres a dos con triplete de Atilio. El diecinueve de febrero, el mencionado triunfo en La Plata ante Estudiantes por dos a uno, con doblete de  Atilio. El veinticuatro de febrero en el homenaje a los héroes de las camisetas ensangrentadas, se goleó cinco a cero a Rosario Central en el Centenario con cuaterno de Atilio y el restante de Roberto Porta. El doce de marzo se lograba el séptimo triunfo consecutivo al derrotar a Peñarol por dos a uno con goles de Atilio, para luego, ya campeón, cerrar el torneo con dos derrotas, la primera ante Boca Juniors en cancha de San Lorenzo por cero a dos el dieciocho de marzo y la restante ante River Plate en el Centenario por cero a uno el día veintiséis de marzo (34).

En tiempos que el fútbol rioplatense retornaba a ser la capital del fútbol mundial (35) la hegemonía iba a empezar a retornar a la rivera occidental del río Uruguay, como a principios del siglo XX. Luego del sudamericano de 1935, Argentina conquistó 5 de los siguientes siete torneos y Uruguay solamente uno, en 1942 (36). En ese contexto, Nacional mantuvo en alto el prestigio de nuestro fútbol alcanzando en la década del cuarenta, cuatro nuevos títulos internacionales oficiales, tres de ellos en forma absoluto y uno compartido con un viejo amigo rioplatense (37).

El décimo título internacional oficial fue la conquista de una nueva Copa Río de la Plata, tras el empate a dos con Boca Juniors, en el partido disputado el 28 de Diciembre de 1940 en el Estadio Centenario. El tanto de la igualdad, el segundo personal de Atilio García anotado sobre el final del partido tras una épica jugada de nuestro máximo artillero histórico (38), determinó la protesta y abandono del campo de juego del club argentino sin disputar el tiempo suplementario, por lo que fue proclamado Nacional campeón del torneo, obteniendo por cuarta vez el trofeo rioplatense en disputa.

La undécima conquista oficial internacional fue la obtención de la quinta Copa del Río de la Plata, en la edición del año 1942, en donde el ocho de Diciembre en el Estadio Centenario, Nacional goleó a River Plate por cuatro a cero, con goles de Ballesteros, Luis Ernesto Castro, Roberto Porta y Bibiano Zapirain. El equipo argentino que debía remontar cuatro goles de diferencia se negó a disputar la revancha prefiriendo emprender una gira, por lo cual las asociaciones organizadoras declararon oficialmente a Nacional campeón de esta nueva edición.

En el primer partido por la Copa Escobar Gerona de 1945, disputada el cinco de diciembre en cancha de San Lorenzo, Nacional derrotó a Boca Juniors dos a uno, con goles de Luis Ernesto Castro y Atilio García. En la revancha del veintidós de diciembre en el Estadio Centenario ganaron los visitantes por tres a dos, habiendo anotado para los albos Luis Volpi y José M. Medina. La copa fue compartida entre ambos clubes (39). A los efectos del recuento de los títulos, continuaremos indicando por su orden los títulos absolutos, agregando al final esta conquista compartida.

Sobre títulos compartidos, el reglamento del Mundial disputado en Francia en 1938 establecía que ante el empate en la final se jugaría un tiempo adicional y de continuar la igualdad, se debería disputar un nuevo partido con su respectivo tiempo suplementario; de continuar la paridad los dos equipos serían consagrados campeones. De haber sucedido así, mal podría decirse que en ese torneo no hubiese existido campeón alguno, sino que habríamos tenido dos campeones que hubiesen compartido el título y el honor. Compartido no es lo mismo que no definido.

La sexta Copa del Río de la Plata obtenida por Nacional, sería el duodécimo título internacional oficial alcanzado. El veinticinco de marzo de 1948  en cancha de Huracán, San Lorenzo ganaba el primer partido por tres a dos, anotando Juan Ramón Orlandi en dos oportunidades para Nacional (40). La revancha en el Centenario el día veintiocho de ese mes, determinó la nueva conquista tricolor, tras golear a su rival por siete a dos, con cinco goles de Atilio García, uno de Juan Ramón Orlandi y el restante de Luis Ernesto Castro.

Para quienes piensan que el siglo XX en lo futbolístico comenzó más de medio siglo después del inicio de la fama y los triunfos internacionales de Nacional, se olvidan de la etapa de mayor gloria de nuestro fútbol y de la selección uruguaya y desconocen que los torneos internacionales oficiales de clubes comenzaron en el año 1900 (41).
Rey absoluto en la primera mitad del siglo, en la segunda mitad del siglo veinte dominada en América por Independiente de Avellaneda (42), Nacional conquistaría otros nueve títulos internacionales oficiales, para quedar de una manera objetiva y comprobable (43) como máximo campeón del siglo anterior.

La gloria continúa en la próxima entrega


Norberto Garrone

Un especial agradecimiento al estadígrafo Sr. Santiago Grezzi.

(20) Club Nacional de Football fue el nombre propuesto por Ernesto Caprario y aceptado por unanimidad por representar cabalmente el sentir de sus fundadores al dar vida a una institución esencialmente nacional.

(21) Por ser el primer club criollo por integración e ideal en un deporte que se resistía a hablar y a pensar en idioma español. Ver boletín de Dale Bolso Nº 33: “El club de los Céspedes nuevamente Campeón”

(22) La primer camiseta usada por el club, roja con puños y cuello azul, representativa del poncho patrio, y la actual con el escudo con los colores artiguistas en el corazón de la blusa blanca.

(23) El Parque Central y nuestra actual sede, situadas en terrenos pertenecientes a la Chacra de la Paraguaya, en donde el General José Artigas fue proclamado Jefe de los Orientales.

(24) La máquina del 33, así se conoció aquel gran equipo tricolor.

(25) El primero y mas grande mariscal del football, escribía el Dr. José María Delgado sobre Aníbal Foglino, quien disputó más de cuatrocientos partidos desde su ingreso al club en 1911 y sería capitán de nuestro primer equipo sucediendo a Ángel Landoni.

(26) Fue la representación de Nacional compuesta por seis jugadores la que más jugadores aportó a Uruguay en aquel sudamericano. Participaron Nasazzi, Marcelino Pérez, Aníbal Ciocca, Héctor Castro, Enrique Fernández y Miguel Andreolo.

(27) El coraje, temple, empeño y voluntad, el nunca darse por vencido, que acompañaban y complementaban a la técnica y clase de nuestros jugadores.

(28) Desde su libro “El mundo de los charrúas”, Daniel Vidart escribe que: “…casi desnudos en la intemperie genealógica de una América profunda que nos niega autenticidad y solera, rastreamos las antepasadas huellas indígenas y le pedimos a los fantasmas de aquellos aborígenes escopeteados, atropellados y humillados, la sangre de sus cuerpos y la rebeldía de sus espíritus. Finalmente, una vez efectuada esta operación nostálgica – al cabo de una especie de trampa al solitario jugado con un naipe europeo – nos proclamamos con autoritaria autodeterminación, los genuinos descendientes de la garra charrúa”.

(29) Fallecido en Medellín el 24 de junio de 1935, Carlos Gardel en Uruguay supo honrar con su admiración y presencia al Club Nacional de Football.

(30) Dentro del grupo selecto de participantes en el torneo, se destacan los integrantes de dos viejas alianzas de amistad rioplatense que se remontan a las primeras décadas del siglo veinte, por un lado, Nacional, Boca y Newell’s, por el otro River, Peñarol y Rosario Central. Era común ver en inauguraciones y celebraciones de alguno de los equipos a alguna de las restantes instituciones componentes de la alianza. En el artículo titulado “Sobre la amistad rioplatense”, señala el Cr. Juan José Melos, en la revista Decano Nº 64, que “Ambas agrupaciones contaron con insignias que contenían los tres emblemas, con beneficios comunes para los socios de unas que concurrían a ver a las otras, etc.”.

(31) Escribía Wing “Es que eso sí que es como jugar con fuego. Ricardo Faccio, aquel que al grito de “avanti ragazzi” llevo la escuadra italiana a la victoria, una tarde en Viena, después de veintidós años que los gringos no le podían ganar a Austria, miren si se va a achicar ante el grito de los que piden guerra desde atrás de los alambres”

(32) Tal cual cita Jesús Arrieta Fontana las palabras del gran Ricardo Corazón de León, en la revista Decano, en su número 33.

(33) Wing, seudónimo con el que escribía sus crónicas en Uruguay Luis Sciutto, en el diario Clarín argentino lo hacía como Diego Lucero.

(34) En el partido preliminar de la última jornada del Torneo Nocturno, otro equipo de Nacional derrotó a Fénix por dos a cero, atajando para Nacional Roque Gastón Máspoli.

(35) Tras la victoria de Italia en los mundiales de 1934 y 1938 en los cuales Uruguay no participó y Argentina no concurrió al último de ellos, al que con razón había pretendido organizar, pues la sede debía ser americana. Después el advenimiento de la segunda guerra mundial iba a devastar Europa en esos años.

(36) Diez jugadores de Nacional y cuatro de Peñarol participaron en la selección campeona sudamericana de 1942, siendo los tricolores convocados: Anibal Paz, Luis A.Luz, Héctor Romero, Schubert Gambetta, Eugenio Galvalisi, Roberto Porta, Aníbal Ciocca, Luis Ernesto Castro, Bibiano Zapirain y Enrique Castro. Hasta el sudamericano de 1935, Uruguay obtuvo siete  veces el campeonato, frente a cuatro títulos obtenidos por Argentina y dos por Brasil. En estos siete primeros títulos sudamericanos Nacional contribuyó a la selección con cuarenta y ocho jugadores convocados frente a veintiuno de Peñarol.

(37) Además de los lazos de amistad señalados en la nota Nº 30, en 1947, Nacional y Boca firman un pacto de reciprocidad por el que los asociados viajeros obtienen derechos comunes en las dos capitales. Además vale indicar que destacados hinchas de Nacional fueron cónsules en nuestro país de Boca Juniors, de igual forma que algún connotado peñarolense fue cónsul de River argentino.

(38) Este gol fue recreado por Eduardo Galeano en su relato titulado “Gol de Atilio”.

(39) El estadígrafo J.L.Torrendel indicaba que había sido entregada una Copa a cada club. Ese título compartido por ambos clubes es el título internacional oficial número veintidós de ambas instituciones, que los deja a los viejos amigos rioplatenses, en la cima de la estadística mundial. Boca con su supremacía en América en la primer década del siglo XXI llegó a 21 títulos absolutos más el compartido con Nacional: seis copas Libertadores, tres  Europeas-Sudamericanas, cuatro Recopas, una Supercopa, dos Sudamericanas, una copa Master de Supercopa, una Copa de Oro Nicolás Leoz, una copa de Honor Rioplatense, una Competencia Rioplatense y dos Escobar Gerona (una de ellas la compartida).

(40) En este partido anotó dos tantos Rinaldo Martino para San Lorenzo, quien llegaría un par de años después a Nacional para dejar una huella imborrable a fuerza de calidad y goles. En el partido revancha el inmortal “Mamucho” aportó un nuevo gol para su equipo.

(41) La revista Fox Sports, publicó en octubre del 2006 un artículo del periodista e investigador argentino Eduardo Cantaro, en el que se expresa que “… los torneos internacionales no nacieron en 1956 (cuando se disputó la primera Copa UEFA) ni en 1960 (primera Copa Libertadores)”, señalando en el año 1900 la primera edición de la Copa Competencia Rioplatense (Tie Cup) y la europea Coupe Van der Straeten Ponthoz, en la que participaban equipos de Francia, Bélgica y Holanda. Indica Cantaro que “Desde ese momento hay competiciones internacionales y oficiales que cuentan en los palmarés (se exceptúan los de Gran Bretaña, ya que contarían como una sola nación)”.

Oscar Barnade, el 7 de setiembre de 2006 escribía en el diario Clarín argentino en un artículo titulado “Las copas olvidadas” que: “En el Río de La Plata, las copas que involucran a los equipos argentinos se jugaron antes del inicio de la era profesional. Los equipos de Argentina y Uruguay disputaron, al menos, cuatro tipos de copas internacionales bajo la organización conjunta de ambas asociaciones. En Europa, antes de la Copa de Campeones hubo dos copas muy fuertes: la Mitropa y la Latina. Esta última la jugaban los campeones de Portugal, España, Francia e Italia.”

(42) Independiente, máximo campeón de la Copa Libertadores en la que triunfó en siete oportunidades, es ganador también de dos copas Europea-Sudamericana, tres copas Interamericanas, dos Copa del Río de la Plata, dos Supercopas, una Recopa y recientemente se coronó campeón de la Copa Sudamericana del año 2010.

(43) Las fechas históricas sirven para fijar acontecimientos ciertos, al marcarlas a lo largo de estas entregas, invitamos a quien desee a verificarlas.

Quien pueda ostentar igual, más o al menos una cercana cantidad de los títulos que posee Nacional, que cumplan con dos requisitos, su carácter de internacionales y su calidad de oficiales, que los exponga y les daremos la bienvenida al selecto grupo de clubes que han superado la barrera de los veinte títulos internacionales oficiales.

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