Matute Morales volvió a desplegar fútbol por el Centenario. Una vez más le sacó brillo a la pelotita con su sencillez. El argentino fue una de las figuras en la goleada ante Peñarol.
De jugar de a 15 minutos con Pelusso, Matute pasó a jugar partidos de principio a fin y con un despliegue físico que hasta emociona con Acevedo. El argentino es la manija del Bolso junto al pibe Lodeiro. Es el que carga con la responsabilidad, y sin problemas, de manejar los tiempos del ataque tricolor.
Y ahora también marca y recupera pelotas. Y va al piso si es necesario. Sube y baja por el sector izquierdo como un pibe de 20 y hace poco creíbles sus 34 años.
El domingo por la tarde una vez más demostró lo que puede hacer con el balón. Algún taco por la línea de la Olímpica levantó a la tribuna, que lo aplaudió como siempre lo hace.
Un remate de zurda sobre el final del primer tiempo reventó el travesaño, en lo que hubiera sido el tercero de Nacional para cerrar el triunfo clásico y consagrar, de una vez por todas, al argentino como el mejor jugador del Apertura.
En una jugada poco afortunada en el segundo período, precisamente en la que Lodeiro queda de cara a Sosa y su remate da en el palo, Matute recibió un fuerte golpe en su cabeza que terminó sacándolo de la cancha.
A los 20 minutos la ovación cayó de la Colombes para el argentino, que mientras hablaba con el juez del partido caminaba para saludar a quien entraría en su lugar.
Ángel María sabe. Y lo evidencia en cada pase, al levantar la cabeza o en la rapidez de sus piernas para tomar decisiones límites.
Cansado ya de decirlo, Nacional el domingo volvió a tener a un señor jugador de fútbol en la tarde clásica...
Fuente:quenonino.com
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