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martes, 13 de enero de 2009

El glorioso 13/09/1903

Llegan los primeros triunfos resonantes. El Campeonato de 1902 es para Nacional, que les corta a los ingleses del Central Uruguay Railway Cricket Club, la posibilidad de obtener la Copa Uruguaya en propiedad. Comienza la actividad internacional. En 1903, otra vez la copa es para los albos después de final accidentada. La inolvidable gesta del 13 de setiembre en la 'Hípica Argentina'.

En el 'Ground' del Sportivo Barracas

Llegaba para Nacional, también en 1902, algo inédito hasta entonces: el comienzo de la actividad internacional, que lo proyectaría a lo largo de la historia - hasta el presente - como una de las instituciones futbolísticas más prestigiosas del mundo.
El 6 de julio, los tricolores iniciaron un breve periplo que los llevaría al viejo barrio porteño de Barracas - cancha del Sportivo Barracas - primero y, al 'field' del Belgrano después. La incursión no pudo ser más alentadora. El mismo día 6, arribaron a Buenos Aires en el vapor 'de la carrera' y por la tarde vencían en estupenda actuación, al dueño de casa, por 2 a 1.
La 'flor y nata' del fútbol inglés de la capital argentina estaba en el Sportivo Barracas: el invencible Buruca Laforia en la valla; Wilson y Firpo; Diggs, Dunne y Mac Donald; Heslop, Bridge, Potter, Little y Stocks. Nacional con su juego original y estilo nuevo de 'practicar el sport' asombró a los aficionados porteños, que no podían creer lo que veían. Dos golazos de Bouton Reyes sellaron el resultado. Había más; al otro día los tricolores rubricaban la hazaña enfrentando en cancha de Belgrano a un temible combinado formado por los mejores 'players' de Belgrano y Alumni. Nacional volvía a causar asombro, empatando 1 a 1, con gol de Luis Carbone. La prensa bonaerense no escatimó elogios por los 'eleven' orientales, consagrando a Nacional como uno de los mejores del Río de la Plata.
El 14 de setiembre Nacional recibe la visita de Barracas y, en un Parque Central colmado por cinco mil personas, obtiene la victoria (2-1) en hermoso partido. Es importante destacar que la primera Copa Competencia Rioplatense la obtuvo Belgrano en 1900; la segunda Alumni- 1901 - y Rosario Atl. en 1902, la tercera. En 1903 volvería a ganarla Alumni y en el 4, Rosario Atl. nuevamente.
También en 1902, Nacional jugó un novedoso amistoso contra un club integrado por 'rebeldes' del Albion, denominado Wanderers; fue empate 1 a 1.
La fugaz y exitosa presentación de Nacional en Buenos Aires había encendido la chispa y la afición estaba pendiente del gran 'match' anunciado para el 20 de julio de 1902. Era el primer encuentro internacional entre las dos selecciones rioplatenses. El partido se jugó en el Parque Central, que tuvo una concurrencia jamás registrada hasta entonces en 'match' alguno. El CURCC de Villa Peñarol le dio la espalda a la Liga, por lo que la selección oriental hubo de formarse con jugadores de Nacional y Albion. Fueron ellos: R. Sardeson (A); Carve (N) y Arímalo (N); Nebel (N), Peixoto (A) y L. Carbone (N); Bolívar (N), Rincón (N), J. Sardeson (A), Bouton Reyes (N) y Carlitos Céspedes (N). La selección argentina estaba integrada por la 'crema' del fútbol anglo-porteño: Laforia (Barracas); W. Leslie (Quilmes) y W. Buchanan (Alumni); E. L. Duggan (Alumni), C. Buchanan (Alumni) y G. Brown (Alumni); E. Dickinson (Belgrano), O. Anderson (Lomas), J. Moore (Alumni), E. O. Morgan (Qulmes) y E. Moore (Belgrano).
Los siete mil aficionados debieron aceptar con resignación la aplastante victoria de los argentinos: 6-0. De acuerdo al convenio pactado entre ambas Ligas del Plata, de jugar un partido de selecciones cada año con sede alternada, se fijó la revancha para el día 13 de setiembre de 1903, año que a la postre sería histórico no sólo para Nacional sino para el fútbol uruguayo en su conjunto.
Los partidos internacionales continuaron, y el 17 de mayo de 1903, en el Parque Central, se enfrentan por primera vez los campeones del Plata: Nacional-Alumni. ¡Un partidazo!, que finaliza 2 a 2; goles de Carlos Céspedes y Gonzalo Rincón para los tricolores, y C. Buchanan y E. Moore para el 'rey de las canchas argentinas'.
El 28 de junio, Nacional vuelve a embarcarse en el vapor de la carrera para enfrentar ese día al Sportivo Barracas en su propio feudo. Nuevo triunfo por 2 a 1; goles de Castro y Bolívar; precisamente, el 'goal-keeper' de Barracas, Laforia, expresó que al jugador que más temía era el tricolor Bolívar Céspedes, por su 'rush' fulminante y la potencia de sus remates. El Club Sportivo Barracas de Buenos Aires, consideró a los socios de Nacional como socios suyos, en atención a la gran amistad que había entre ambas instituciones.

Nuevas hojas y flores brillantes

Comenzaba setiembre. En el torneo local todo hacía presumir que el CURCC y Nacional llegarían 'cabeza a cabeza' y era el momento de nombrar a los 'futbolers' que integrarían la selección uruguaya para el cotejo del día 13, en Buenos Aires. Estaba latente el recuerdo del 6 a 0.
La Comisión de la 'League' nombró a los siguientes jugadores: Amílcar Céspedes; Carve Urioste y Bouton Reyes; Nebel, Luis Carbone, y Ceferino Camacho, Pena, Bolívar, Aniceto Camacho, Castro y Cordero. Estas designaciones causaron hondo malestar entre los 'ferrocarrileros ingleses', desconformes por la inclusión mayoritaria, injusta según ellos, de jugadores de Nacional, por lo que no vacilaron en renunciar al honor de formar parte del 'team' oriental. En el seno de la Liga, que por ese entonces se reunía en el Café Gambrinus, hubo perplejidad y desazón, iniciándose de inmediato las gestiones pertinentes en Villa Peñarol, sin resultado. Pedir la suspensión del partido parecía lo 'más sensato' para la mayoría; entonces el gallardo y retobado Nacional, el de los Céspedes, el de los jóvenes universitarios, el de los colores de Artigas, el campeón invicto de 1902, se plantó con su bandera de lucha y conquista el derecho a representar al fútbol uruguayo - con sus aguerridos 'players' - cumpliendo así gallardamente, el compromiso contraído. Aunque la 'League' respetó el paso al frente dado por Nacional, pocos creían en la conveniencia de esta 'quijotada'; el clima hostil en medio de un ámbito dominado casi exclusivamente por los ingleses fue un lugar común desde la fundación misma del Club y se manifestaba de muchas maneras, a veces solapadamente.
El seleccionado argentino estaba conformado sobre la base de los mejores 'players' del Alumni, con el aporte de grandes figuras de Belgrano, Lomas y Estudiantes. Las especulaciones iban en aumento: encajar 6 goles como local y como visitante presentar sólo a un club... Pocos decían en voz alta lo que repetían entre líneas. Nacional trabajaba y se aprontaba con una entrega envidiable. Según Domingo Prat, desde fines de agosto, los tricolores entrenaron todos los días de 3 a 5 de la tarde.
El Consejo de la 'League' argentina en pleno, recibió en la dársena Sur, al 'Tritón', con la delegación tricolor a bordo. A las 11 de la mañana los anfitriones agasajaron a los orientales con un almuerzo en el reputado 'Aus Keller' de la calle Corrientes. El Presidente de la 'The Argentine Football Association League', Chevalier Boutell, fue quien pronunció las palabras de bienvenida; luego hablaron, Mullin - delegado uruguayo - y Eusebio Céspedes, padre de los populares hermanos. Las palabras de don Céspedes no eran para que las llevase el viento: 'Sabemos que no podemos ganar; venimos como hermanos a cumplir'. Los conceptos finales de Alejandro Watson Hutton, tampoco eludieron la realidad de los hechos: 'Nada podía complacernos tanto como esto de que un equipo de club haya asumido tan alta responsabilidad, para que no se interrumpiera la disputa anual entre los futbolistas del Río de la Plata'.
El cotejo se celebró en el 'field' de la Sociedad Hípica Argentina, en Palermo, ante más de 8 mil espectadores que creían que el 'match' sería 'un juego del gato con el ratón'. En el Palco Oficial se hallaban, el Presidente de la República Argentina, Gral. José A. Roca; el Ministro Plenipotenciario del Uruguay, Daniel Muñoz, ministros, legisladores y diplomáticos.
El arbitraje le correspondió a Rudd, de la Liga Argentina, actuando como líneas, Domingo Prat - Presidente de Nacional - y Francisco Chevalier Boutell. Argentina formó con J. C. Howard; C. C. Brown y W. Buchanan; E. Firpo, J. M. Penco (algunas publicaciones incluyen a H. Jewell, quien figuraba en el programa impreso, en lugar de Penco; nuestras fuentes son A. Fourquet, y Libro de Oro tomo I) y A. Brown; G. E. Weis, J. J. Moore, Jorge Brown, C. E. Dickinson y E. Moore. Nacional presentó su alineación característica: A. Céspedes; Carve Urioste y Bouton Reyes; 'Miguelón' Nebel (cap.), Luis Carbone y Pigni; Bolívar, Rincón Carlitos, Castro y Cordero.
Desde el arranque, una mezcla de sorpresa y estupor invadió 'la Hípica'; nadie entendía nada ya que los primeros minutos del partido fueron un monólogo tricolor. Nacional dominaba y atacaba, los argentinos se mostraban desconcertados y, a los 19 minutos, llegó el primer 'gol', una joyita de Carlitos Céspedes. Marcharon a los vestuarios con ese resultado parcial: 1-0.
Al comenzar el segundo tiempo, la máquina argentina salió con todo, buscando pasarle por encima a los osados uruguayos, pero éstos se defendían como leones y ¡oh, sorpresa!, llegó el segundo gol por obra del talentoso y escurridizo Bolívar Céspedes.
Luego abrió el libro Jorge Brown, marcando dos golazos que pusieron el partido 2 a 2. Cuando se acercaba el final del encuentro, aparece nuevamente Carlos Céspedes para hacer el gol del triunfo histórico. La lucha había sido pareja en todo y los rivales dejaron 'el alma en la cancha'; Uruguay había ganado 3 a 2 a la poderosa escuadra nacional argentina y lo había hecho representado por un club: ¡Nacional! Aquella misma noche, los protagonistas de la hazaña volvieron en el 'Tritón'. A pesar de algunos, que ni siquiera ahorraron bromas pesadas - al café de 19 de Abril y Agraciada, centro de reunión tricolor, llegó un telegrama con la 'noticia' de una nueva goleada argentina -, esta inaudita proeza 'llevada a cabo por once muchachos uruguayos que apenas acababan de abandonar la adolescencia, dio lugar a la explosión de un intenso júbilo patriótico que repercutió en todos los ámbitos y esferas del País'. (15)
En 'La Razón' del lunes 14 de setiembre, se podía leer el siguiente telegrama:
'Buenos Aires, setiembre 14.-
A Enrique Lichtenberger. Piedras 127. Montevideo.
En nombre del Consejo de la Argentine Football Association, felicito a la Liga Oriental por el triunfo de ayer.
Los miembros del team oriental se han portado como héroes. La línea de fordwards ha resultado la mejor que se haya presentado en nuestras canchas.
Un cariñoso saludo a su digno presidente y demás miembros de la Liga Oriental. CHEVALIER BOUTELL, Presidente; F. Williams, Secretario.'
La edición del periódico 'El Siglo' también nos ubica en aquel momento histórico: '-En el vapor de la carrera regresaron ayer los campeones orientales que vuelven victoriosos del gran match internacional del domingo pasado. Gran número de aficionados fue a recibirlosa bordo y en el 'Tritón' volvieron a repetirse los hurras entusiastas y los vivas a Nacional mezclados con los abrazos y estrujones a los jugadores'.
Poco se puede agregar a lo dicho y escrito sobre aquella hazaña nacionalófila, que respplandece desde el fondo mismo de la historia tan diáfana y pura, como el alma tricolor. Recordando la gesta histórica, el Capitán Miguel Nebel, el fraterno y querido Miguelón, cuando era el único sobreviviente de la hazaña escribió desde Barcelona para 'Noticiario Nacionalófilo':
'Citan ustedes una fecha: 13 de setiembre. Cuando en mi recogimiento abro el libro de mi vida, en busca de pasadas emociones, las flechas de mis ojos se clavan en el centro del luminoso recuerdo. Aún guardan mis sentidos de la emoción pasada fecundas irradiaciones y cada año, el 13 de setiembre, mi árbol de triunfo se cubre de nuevas hojas y de flores brillantes'.
Deseamos rubricar este capítulo de oro, en la vida de Nacional transcribiendo los versos del inolvidable Rodolfo E. Bermúdez, en su 'Canto a la bandera':
Hacia el campo van los albos
Van los albos,
Llevan ansias de luchar y de vencer;
Que en la lid caballeresca
Nadie iguala su poder.
Si la suerte le es adversa
Le es adversa,
Va por ella con más bríos a luchar,
Que la fibra de los grandes
Se acrece en la adversidad.
En su enseña azul y blanca
Como aquella que besamos al nacer,
Siente orgullo de la patria,
El que brega por su prez.
Su historial es un tesoro de victorias,
Nadie intente sus hazañas realizar
Que viva, siempre viva,
El valiente Nacional.


fuente:decano.com

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