EL BLOG PARA TRICOPATAS APORTA TU COMENTARIO

viernes, 5 de febrero de 2010

AFRICA TRICOLOR


A poco de cumplirse medio siglo de la disputa del primer clásico fuera de fronteras, les acercamos en el presente boletín un inédito acontecimiento deportivo desarrollado a mediados de la década del noventa, en un país que hace pocos días fue el centro de las miradas del mundo futbolístico por ser el anfitrión de la Copa de selecciones de su continente.


Las tropas uruguayas en misión de paz de la ONU, los llamados “cascos azules”, están consideradas entre las mejores del mundo en cuanto a su preparación para desempeñar funciones humanitarias. Son hombres y mujeres que arriesgan sus vidas con la misión de ayudar a los demás, y a su vez, intentan conseguir con ello un mejor bienestar económico para su familia. Así es que más de tres mil efectivos, transitan hoy en día (al igual que hace muchos años) por lugares extremadamente peligrosos y pobres en extremo, en donde la vida diaria no es lo que muchos piensan, y donde el factor supervivencia es el que los gobierna sistemáticamente.

A pesar de encontrarse en ocasiones en lugares en donde la muerte es una presencia diaria y el riego está siempre latente, a pesar de los lazos de amistad y vínculos de solidaridad que se suelen estrechar en estas extensas misiones alejadas de las raíces y los afectos, y a pesar de la disciplina a la que se encuentran sometidos los efectivos, propia de su vida militar, hay pasiones que no son fáciles de gobernar y que generan discusiones y disputas que resultan difíciles de controlar. Nacional y Peñarol, rivales en la cancha desde 1914, desencadenaban un particular clásico, que, a miles de kilómetros del Uruguay generaba situaciones ríspidas en la interna del contingente oriental.

Corría en año 1996 y “cascos azules” compatriotas se encontraban desempeñando funciones humanitarias en Angola. La tarea era ardua y el riesgo elevado. Pero durante las horas de descanso el tema fútbol era recurrente, y embanderados tras las dos camisetas tradicionales, las discusiones entre la tropa comenzaban a sucederse con más frecuencia y a subir en intensidad.

Llegó un momento en que era imperativo buscar una solución a la situación de tensión que resultaba ser como el pan de todos los días. Había que encontrar de una buena vez un fin para las constantes disputas. Es así que la solución llegó de los mandos superiores: las diferencias se tendrían que dirimir y dilucidar en el campo de juego. El clásico del fútbol uruguayo llegaba así, de particular manera y por primera vez al continente africano.

No crean que fue un partido improvisado, fruto de una aglomeración de rivales tras una pelota, en un lugar devenido en cancha de fútbol por la mera colocación de maderas en forma de arcos en ambos extremos de una más o menos delimitada superficie. No señores, fue un partido preparado y vivido con la misma intensidad que las pasiones que genera la rivalidad entre ambas instituciones.

La indumentaria deportiva llegó desde el Uruguay para vestir los equipos con los clásicos colores. Se consiguió una autorización especial, y es así como el día 24 de agosto de 1996, en el estadio de la ciudad de Huambo, con miles de espectadores en las tribunas y dirigidos por árbitros oficiales locales, los representativos de Nacional y Peñarol ingresaron al campo de juego para disputar el tan esperado encuentro.

El partido fue duro, algunos dicen que violento. La vehemencia puesta en cada acción denotaba el sentimiento que cada uno de los participantes defendía. Como se sabe, no hay clásicos amistosos, hay una cuestión de honor de por medio. El resultado al finalizar los noventa minutos señaló una victoria tricolor. Triunfó Nacional por tres tantos a uno, con baile incluido y festejo con brazos al cielo por la satisfacción del objetivo cumplido.

Nacional ganó el primer clásico disputado en el interior del país (4 a 1, el 1 de mayo de 1932 en San Carlos, Maldonado), también el primer clásico fuera de fronteras (4 a 0, el 13 de febrero de 1960 en La Plata, Argentina), y el primero fuera del continente americano (3 a 1, el 14 de agosto de 2005 en La Coruña España).

Si bien no quedará registrado en la estadística por no haber sido disputado por integrantes de los planteles de ambas instituciones, rescatamos de la memoria de uno de los participantes de aquella jornada, este verdadero clásico en espíritu y esencia, que fue el primero jugado en tierras africanas y ganado por Nacional, en aquel 24 de agosto de 1996, por efectivos uruguayos integrantes de las tropas de paz de las Naciones Unidas.

Enrique Bello y

Norberto Garrone

Nota de los autores: Acontecimientos aislados y también terribles tragedias como el reciente terremoto en Haiti, acercan al conocimiento de nuestro pueblo, que en países como éste, devastado desde hace muchos tiempo atrás por las luchas y la miseria, y más aún después del sismo, se encuentran miles efectivos del ejército uruguayo, desempeñando una importante misión.

Entre ellos se encontraba el Tte. Cnel. Gonzalo Martirené, que falleció en el derrumbe del edificio de la ONU y que casi catorce años atrás, durante el transcurso de otra misión, fue partícipe de la historia clásica que compartimos con Uds. en este boletín. En el año 1996 en Angola lució los colores del Club Atlético Peñarol. A sus familiares, amigos y compañeros nuestros mayores respetos.

Escuche Dale Bolso en Internet los lunes de 21 a 22 en www.nuevotiempo.com.uy

No hay comentarios:

Publicar un comentario