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lunes, 17 de agosto de 2009

El Hugo


Dedicado ahora totalmente a una tarea política que siempre lo había acompañado desde lugares secundarios, Hugo de León dedicó unos minutos de su valioso tiempo a Quenonino para hablar un poco de fútbol.

Asegura que se presentará en las elecciones que vienen de Nacional, aunque no sea a presidente, y se acuerda muy bien de cuando no lo dejaron ser el técnico de la Selección hace unos años.

El mítico zaguero, gloria en Nacional, Gremio y la selección mostró a Quenonino que, a pesar de que el momento llame a otras actividades, hay amores que no se pierden nunca y menos cuando la profesión de técnico lo demanda. Por eso Hugo De León sigue viendo fútbol.

Miró la Liguilla por la tele y la pregunta cantada de cómo vio a su Nacional dejó mucha tela para cortar. “Que Nacional no quería entrar a la Copa Sudamericana no se lo cree nadie. Fue una estrategia para valorizar a sus jugadores jóvenes que no le salió”, sentenció. Sin pelos en la lengua se mostró un hombre que, como él dice, siempre actuó con fidelidad a sus ideales.

Con el ojo crítico que lo caracteriza, era imposible que dejara pasar lo sucedido con Defensor. “Una prueba más de que no se avanza y que la organización del fútbol uruguayo está estancada”. Así definió la injusticia que sufrió el equipo de Punta Carretas al quedarse sin el pan y sin la torta luego de ser el mejor equipo del año.

El amor por Nacional no se lo va a quitar nadie. En su época de jugador Peñarol le hizo innumerables ofertas, pero nunca dudó, por jugosas que fueran. Este sentimiento es lo que lo llevó a volver como técnico para sacarlo campeón en el 98 y cortar el sexenio de Peñarol.

Luego siguió dando cátedra de buen fútbol cuando logró el bicampeonato en 2000-2001 con el Bolso. Pero siempre con un concepto: “Los protagonistas son los jugadores”. Por eso la tranquilidad con la que festejó sentado en el banco casi sin esbozar una sonrisa.

Un verdadero caballero que, según él, no recibe el mismo trato desde la dirigencia actual. Ante la renuncia de Pelusso, el apellido De León no estuvo esta vez en la danza de nombres. ¿Por qué? Justamente por la diferencia de conceptos que tiene con Alarcón y su grupo. Tan abismal es la diferencia que ya adelantó que en las próximas elecciones formará un grupo con el cual postularse, no de presidente sino acompañando.

“El proyecto buscará reunir a glorias de Nacional que quieran trabajar por y para el club”, adelanta al respecto.

Sus éxitos como técnico lo llevaron a ser uno de los nombres cantados para dirigir a la Selección, pero desde los escritorios legales se le dijo que no.

La posición del propio De León, como siempre, es firme: “Yo estoy habilitado”. Todas las declaraciones de los jerarcas de la AUF fueron un circo. ¿Por qué? Solo ellos lo saben.

Desde su nacimiento en Rivera, el 27 de febrero de 1958, “el Hugo” lleva adentro al Partido Colorado. Siempre fue un verdadero caudillo en la cancha y ahora lo traslada a lo social, trabajando por despertar un sector político que atraviesa el momento más difícil de su historia.

En este aspecto también transmite convicciones firmes y soluciones concretas: “No hay que prestar más el voto y votar por el partido”.

No esquiva el bulto a un tema que lo expone y continúa: "En octubre se vota a un partido y no al ganador de las encuestas. Si después hay un balotaje, queda en cada uno utilizar su voto como quiera, pero de lo que se vote en octubre salen los cargos políticos, cosa que los medios no informan". Clarito, aunque no guste.

Como en cualquier charla de café, el tema mujeres termina apareciendo y más cuando el periodista es joven y entrevista a alguien que vivió mucho tiempo en Brasil y tuvo oportunidad de recorrer el mundo entero. ¿Con cuáles se queda? “Son mujeres muy distintas. Las brasileñas son más pasionales. Depende del momento de tu vida en que estés”. Es verdad que con las mujeres uno por momentos está para algo más estable y en otros quiere más vértigo".

Lo que sí tiene definido Hugo es que dentro de un tiempo su vida seguirá en un lugar con más calorcito. El clima del norte de Brasil, pegadito al Ecuador, siempre le encantó. Tanto que ya tiene en sus planes instalarse a vivir allá. Será así que los elogios y gritos por la calle cambiarán de idioma y seguirá recibiendo saludos tricolores, aunque con otros tonos.

Fuente:quenonino

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