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jueves, 20 de agosto de 2009

"Al único que no bancaron fue a mi"


Se levanta cuando aún es de noche. Si está muy frío se pone el poncho y sale a caballo. En el campo siempre hay mucho que hacer. Por estos días, las ovejas están pariendo y hay que hacer varias recorridas y estar pendiente de los temporales o los caranchos. También es momento de vacunar al ganado. En contrapartida, a las 21 horas, o aún antes, ya está durmiendo. Eso sí, pone el despertador a medianoche para escuchar a Dolina.

Daniel Carreño vive en el medio del campo desde hace un año. Y se siente feliz. Eso no implica, sin embargo, que no extrañe el fútbol. Lo hace cada vez más y espera volver a dirigir pronto.

"Esto no es nuevo para mí. Porque este campo es de mi familia materna, la familia Izquierdo. Vine a este campo durante todas las vacaciones de mi niñez y es donde realmente quiero vivir en el futuro. Es un medio de vida, pero además estoy muy encariñado con este lugar. No sé si me compraría otro campo, acá están mis raíces y mis recuerdos. Estoy acá porque no trabajo en el fútbol en este momento y porque este lugar necesitaba alguien que se dedicara. Cuando volví de Cali me vine derecho. Aunque mi idea es volver al fútbol y cuanto antes, porque ya estoy extrañando mucho", explicó.

SIN CANCHA.

El fútbol, el campo y el surf, otra de sus pasiones, no parecen tener mucho que ver, pero forman parte de la vida de Carreño. "En verano mi ruta es del campo al mar y del mar al campo. Por Montevideo paso poco. Pero lo que más extraño es el fútbol, lo otro son distracciones. Por supuesto que este año aproveché a hacer una cantidad de cosas que no había podido hacer en las diez temporadas consecutivas en que trabajé. Lo principal, disfrutar a mis hijos de la manera que quiero. Porque disfrutar se disfrutan siempre, pero no de la manera en que uno quiere. Por ejemplo estar con mi hija chica en el campo era algo que siempre soñé, pero nunca había podido hacer por mi actividad en el fútbol", resaltó Carreño.

EXPUESTO.

Después de diez exigentes temporadas de fútbol, este año sabático en el campo le vino muy bien. "Trabajar diez años seguidos no es común para un entrenador. Estuve cinco años en un cuadro grande y eso desgasta mucho. Y te exhibe muchísimo, todo lo contrario del campo. Esa exhibición pública me cansó, reconozco que en algún momento me gustó, como a todos, pero por mi manera de ser, me agotó un poco. El último año en Nacional y en Cali, dos equipos grandes, y con mucha presión y mucha cosa extra fútbol, me agotó. La prensa en Cali me castigó mucho. Como demostrándome que tenía que ser un hombre fuerte para poder ser el técnico del club. Parecía que lo que importaba no era sólo trabajar y ganar, era como un escollo más que te imponían y los dirigentes lo aprobaban. El fútbol colombiano es un poco así, creo que algo parecido le pasó a Lasarte en Millonarios.

Y en Nacional, uno tiene que trabajar de todo, no sólo de técnico. Sobre todo en la última época mía, que era el comienzo de la época de Alarcón. Porque hoy las cosas se ven desde afuera muy bien, pero al principio fueron durísimas para Alarcón. Yo pagué caro ser un hombre de Alarcón y no me defendieron cuando debieron hacerlo", enfatizó algo amargado.

Se enganchó hablando de Nacional, un tema que aún le duele. "Alarcón no tenía la fuerza que tiene hoy, ni estaba rodeado como está ahora. Por ejemplo, se lo criticó mucho por la comisión de contratos que formó con Alex Saúl y Bruno. Muchísimo, dentro del club. Los castigaban a los tres de una manera feroz. Porque los dirigentes tenían el protagonismo justamente en las contrataciones y al crear esa comisión, Alarcón les sacó ese protagonismo histórico de algunos dirigentes en Nacional. Fue una lucha muy fuerte. Hoy en cambio, Saúl y Bruno son una pieza más del engranaje del club y lo ven bien", explicó.

PROYECTO.

"Son cosas que me dolieron muchísimo porque a mí me fueron a buscar Alarcón y Daniel Enríquez a mi casa y junto con Barreiro me explicaron el proyecto de la Cultura Nacional y me dijeron que consideraban que yo era el técnico ideal para comenzar todo esto porque apoyaba a los jugadores de inferiores. Se habló de muchísimas cosas, que hoy Nacional está cumpliendo pero que a mí no me las cumplieron. Y yo lo apoyé demasiado", enfatizó.

"Saqué a Tejera para poner a Lodeiro aunque Marcelo (Tejera) es un crack, desde el punto de vista futbolístico y personal. Y uno de los motivos por los cuales dicen que me echaron fue por no poner al `Flaco` Pereira, que ni ellos se acuerdan del nombre ni saben donde está, para poner a Fornaroli. Me mataron y, sin embargo, nunca más pusieron a Pereira y vendieron a Fornaroli", siguió.

"Cuando yo llegué al club me pidieron que mirara a algunos jugadores de Tercera que iban a quedar libres. Era parte del proyecto. Y yo me quedé con varios de ellos, como Pablito Álvarez y a los seis meses lo vendieron. Yo estaba cumpliendo al pie de la letra con el proyecto. Obvio que para no jugar con Tejera, el `Cuqui` Juárez y algún otro y hacerlo con gurises había que bancar. Y al único que no bancaron fue a mi. Porque después con Gerardo Pelusso pasó algo parecido, y tanto Alarcón como Enríquez cumplieron con lo que tenían que hacer".

Aunque no se fue mal, Carreño cree que sería muy difícil volver a dirigir a Nacional. "Habría que tapar una herida que quedó muy profunda. Se lo dije a Alarcón. Primero le pregunté, delante de todos los dirigentes, por qué me echaban y nadie me supo contestar. Hasta que al final uno me dijo que era porque el informe que había hecho el gerente deportivo Enríquez era muy malo. No quiero hablar de traición, creo que Enríquez nunca pensó que su informe me fuera a echar. Ahí comenzó la fuerza de Enríquez. Ahí se dio cuenta que estaba muy respaldado por una directiva que era capaz de echar al técnico por un informe suyo", explicó. "Y el informe que hizo sobre Pelusso fue totalmente diferente y con los mismos resultados prácticamente. Ganando una Liguilla y todavía no había jugado la Copa Libertadores. Yo venía de haber hecho una muy buena Libertadores, él después jugó una fase más por el problema de la gripe en México. Jugó buena Copa y tiene méritos. Pero lo dejaron terminó un proceso. Lo dejaron al hombre trabajar y terminó campeón, aunque también pudo haber perdido las finales, ¿o no? En cambio a mí me sacaron en la mitad de un proceso y no era lo que me habían dicho", finalizó.

CERRO.

Durante este lapso, tuvo cuatro ofertas concretas, directas de clubes y varias más de contratistas. Dos de ellas, fueron de Cerro. La primera antes de la llegada de Acevedo, y la otra ahora, antes de Sanguinetti. "No digo que esté pretencioso, pero para salir de esta bonanza, de este reencuentro conmigo mismo, con el campo y mis hijos, busco un equipo o que me pague mucho, o me de muy buenas condiciones de trabajo o que me quiera. Y a Cerro lo vi dudando. En dos charlas con Líber Vespa ya me había convencido. Sobre todo porque se iba a formar un equipo nuevo, con el sello del DT, todo eso me motivó. Pero cuando me senté a hablar con el presidente, una persona muy bien, no sentí que estuviera convencido que el técnico tenía que ser yo. Entonces preferí descartar".

Hijos: ella en el campo y él con el fútbol

No son pocos los días y las noches que el entrenador pasa solo en el campo familiar ubicado sobre la ruta 41 en Florida, muy cerca de Durazno y de Lavalleja. Pero hay otras jornadas en que cuenta con la compañía de su madre, Ofelia, más conocida como "Tota" o de su hija María Janaina, de ocho años. A la niña también le encanta vivir tierra adentro. Llega los viernes, después de la escuela y se queda hasta el lunes. Y a veces, se hace la rabona entre semana para acompañarlo. Keoma, el varón de 15 años, no va tanto. Es que, siguiendo los pasos de Daniel está jugando en la Sexta División de Wanderers y entre el fútbol y los bailes de 15 no puede ir tanto como su hermana. Es delantero, y parece que tiene buenas condiciones. "Es mucho más inteligente que yo", contó orgulloso Carreño.

Con el oído en las radios futboleras

Son necesarias tres horas para llegar al lugar donde vive Carreño, pero está al tanto de todo lo que sucede en el fútbol. "La radio es una gran compañera en el campo", explicó. "De mañana no escucho porque estoy de recorrida por el campo o trabajando con los animales. Pero al mediodía ya me prendo a la radio. Primero escucho a Goñi, que se agarra muy bien acá, y después a Kesman y Yanuzi en la Oral Deportiva. Y de tarde al profe Piñeyrúa que me gusta mucho", reconoció.

"Aunque a esta altura, creo que el mejor periodista deportivo es Darwin Desbocati. Y eso que me ha dado unas cuantas veces", dijo sonriendo.

No sólo está al tanto del fútbol, también del precio de la carne y la lana. "En eso el campo es como el fútbol. Los carniceros tienen problemas con los frigoríficos y los frigoríficos con el gobierno. Parece sencillo, pero siempre se complica. Igual que el fútbol".

Fuente:ovación

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