Una de las mayores virtudes del ser humano es saber hasta dónde debe llegar. Gerardo Pelusso la tuvo, porque supo elegir el momento en que debía dar un paso al costado. Se va de Nacional en el momento justo, como campeón y con la hinchada cantando "que de la mano, de don Pelusso, todos la vuelta vamos a dar...".
Deja la puerta abierta, pero no sólo por lo que le dio al club (un Uruguayo, una Liguilla y un lugar entre los cuatro mejores del continente) en el plano deportivo, sino también por su intachable conducta como profesional y ser humano. Y prueba de ello es que, sin tener el futuro asegurado ni mucho menos, Pelusso rechazó una millonaria oferta que oficialmente le realizó el club saudí Al Nasr porque todavía tenía contrato vigente con Nacional y se negaba a estudiar cualquier ofrecimiento antes de terminar su vínculo.
El documento, con fecha 30 de junio de 2009 -es decir un día antes de que comenzaran las finales del Uruguayo ante Defensor Sporting-, fue dejado listo para firmar en Los Céspedes por un representante del Grupo Inversor Norberto Ahumada, en el que aparece como encargado de la operación el agente FIFA Abdelilah Rossi, con domicilio en Suiza.
Textualmente (con error en el nombre del técnico incluido) el contrato a firmar decía: "Yo, Geraldo Pelusso, recibiría una renta anual de USD$ 1.000.000, por un año de contrato, libres de impuesto. (...) El club proporcionará al técnico y a su equipo de ayudantes un automóvil último modelo más una casa por el período de la vivencia del contrato, más los pasajes ida y vuelta a su país de origen. (...) A la firma del contrato el Club Al Nasr efectuará el pago del 30% del contrato anual equivalente a 300.000 USD a Geraldo Pelusso".
El entrenador no quiso evaluar esta posibilidad y Al Nasr tentó a Jorge Da Silva, quien sí firmó y será el técnico del club saudí.
Fuente:ovación
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