Para que un equipo funcione de acuerdo a la calidad de sus jugadores no sólo es cuestión de tiempo, sino también de la mejor lectura que se haga de la forma en la que se puede sacar mejor rédito de sus condiciones.
Es fácil de explicar. Cuando Mario Regueiro, seguramente empujado por el técnico Eduardo Acevedo, se recostó bien contra las bandas para ofrecer así mejores posibilidades para explotar su velocidad, Nacional le pasó por arriba a Defensor Sporting.
Simple, pero efectivo y elemental. Con mayor ensanchamiento del campo de juego, con mejor visión para que Ángel Morales explotara adecuadamente su soberbia distribución del balón, el bolso abandonó el toque intrascendente para darle verticalidad y profundidad a sus ataques.
Obvio, ahí sí se vio al Regueiro que amenaza con convertirse en estrella del certamen, de la misma manera que quedó al desnudo la debilidad violeta en la retaguardia.
Pero antes de eso, no puede desconocerse que el tricolor acusó muchísimo la falta de precisión en el último pase, que no tuvo la adecuada coordinación de sus jugadores para que las triangulaciones fueran productivas y por lo general terminó muriéndose en las puertas del área violeta.
Así transcurrió un primer tiempo, en el que ni siquiera hubo un adecuado aprovechamiento de la certeza con la que elige siempre los caminos para ir al ataque "Matute". Porque Christian Núñez falló muchísimo con la pelota, porque Guigou no embocó una y porque Aranda se animó muy poco a desdoblarse.
Y si bien el elenco de Acevedo igual fue más peligroso que su oponente, porque al menos tuvo un tiro libre que reventó en el travesaño y un gol anulado por posición adelantada, llegó a padecer algunos problemas por la movilidad del "Colo" Guerrero.
Claro, todo cambió cuando volvieron a la cancha para jugar los 45 finales. Ya Regueiro no bajó hasta la mitad de la cancha para recibir la pelota, con lo que perdía espacio para sacar ventaja de su mejor arma, y los pases dejaron de ser todos cortitos.
Esa profundidad terminó con la resistencia del mediocampo violeta. Y desencadenó una cadena de goles digna de ser repasada varias veces, porque tanto el de la apertura de Morales, como el segundo de Cabrera fueron fabulosos. Sí, el tercero fue el mejor. Porque Regueiro la clavó contra un palo después de haberse sacado un rival de arriba.
Con ese fútbol, la diferencia pudo ser mayor. Es fácil. A veces no se precisa tiempo, con buen entendimiento de los fuera de serie alcanza.
La cifra
7 partidos consecutivos ya lleva Nacional sin conocer la derrota ante Defensor Sporting.
La estrella
A. Morales
Con otro estado físico, se ha convertido en la figura clave de Nacional.
Fuente:ovación
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