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domingo, 10 de octubre de 2010

Y ahora?

Con goles de Pablo Pallante, Pablo Caballero (2) y Omar Pérez, Cerro-que solo llevaba dos goles en el torneo- goleó 4-1 a Nacional (Matías Cabrera) en el Troccoli y profundizó su crisis futbolística. El tricolor volvió a jugar muy mal, mientras que el albiceleste defendió muy bien y aprovechó a la perfección sus momentos en el partido.
Con este resultado, Nacional-que no se benefició del traspié de Peñarol- se aleja un poco más del título del Apertura. Tres nuevos puntos perdidos y van…
Los albicelestes comenzaron mejor el partido y a los 2´ ya se habían puesto en ventaja merced a un impecable tiro libre de Pablo Pallante quien, con un impecable zurdazo desde el vértice derecho del área grande, la colgó en el ángulo de Rodrigo Muñoz.
La falta se originó por una inoportuna infracción del lateral argentino Mariano Pernía al endiablado "Piojo" Sergio Pérez.
El tanto del local obligó a Nacional a salir a buscar el partido. Los tricolores comenzaron a frecuentar las bandas. Matías Mirabaje-finalmente ingresó por Diego Chaves como titular-, por izquierda, se mostraba bastante activo. Es más, un tiro libre desde la derecha bien ejecutado por el mismo "13" albo obligó a Matías Rolero a enviar el balón al corner (12´).
Un minuto después, y tras el saque de esquina, sobrevino la jugada más polémica de esa primera mitad. Luego de que Mirabaje y Sebastián Coates lo intentaran en primera instancia, Raúl Ferro remató de frente al arco y la pelota impactó en uno de los brazos de Darío Ferreira, quien posteriormente despejó el peligro.
Jorge Larrionda hizo la seña de que percibió la mano, pero no juzgó intencionalidad. La sensación que quedó fue que había sido penal.
Ese par de jugadas de riesgo presagiaron una reacción tricolor. Sin embargo, nada de eso ocurrió y, promediando la primera mitad, Nacional no le encontraba la vuelta al partido. Ni Horacio Peralta, ni Mauricio Pereyra ni Mirabaje le daban la cuota de fútbol y claridad que el equipo necesitaba. Aunque también hay que recalcar que la fuerte presión y la férrea marca cerrense-dos líneas de cuatro bien plantadas-le complicaba aún más la vida al bolso.