Adrián Romero se desprende del fondo y anticipa en la salida violeta. El "Flaco" Fernández intenta volver a desbordar. Ángel Morales le mete la pelota al "Morro" García. Mauricio Victorino quiere llegar hasta el área. Quedan pocos minutos y Nacional sigue proponiendo. Busca por todos los mecanismos posibles, y con un hombre de menos, impedir que el primer partido no se le escape sin la victoria para la cual trabajó con mayor dedicación.
No lo consigue. En el fondo, como toda la tarde, Defensor Sporting se sostiene en base al esfuerzo de sus hombres, a la gran tarea de su arquero Martín Silva y al despliegue con categoría de Carlos Díaz, la disposición táctica que fue montada para que el duelo terminara tal y como sucedió: reparto de puntos.
Es lógico de entender. Para superar las bajas de las ausencias, para tratar de minimizar el desgaste que se hizo con el partido, viaje de ida y vuelta incluido, en La Plata, Da Silva trató de empezar a construir la búsqueda del bicampeonato uruguayo sin sufrir una derrota en la primera contienda.
Estrategia que dio sus frutos, fundamentalmente, porque Diego De Souza clavó en el ángulo el primer intento que el violeta tuvo en partido y después que Nacional ya se había puesto en ventaja con otro gran gol de Nicolás Lodeiro.
Con ese gol, concretado apenas tres minutos de haber sufrido el impacto en su arco, los del Parque Rodó pudieron zafar de vivir momentos de locura como consecuencia del sostenido ataque que estaba imponiendo el bolso.
Porque el balazo que venció a Muñoz, por más que después Nacional siguió buscando y llegando, le dejó a los tricolores la amarga sensación de que no alcanzaba con dominar el partido, que había que extremar los cuidados para que no sucediera otra vez una situación de esa naturaleza.
Con todo, el equipo de Pelusso fue más incisivo. Llegó por derecha con el gran trabajo de Matías Rodríguez, apareció por el medio con Alexander Medina bajando pelotas, con Lodeiro filtrándose y abriendo brechas y con Federico Domínguez de vez en cuando sorprendiendo -aunque sin la fuerza suficiente- por la izquierda.
La viola, en cambio, no abandonó su tesitura. Dejó a Vera clavado arriba y trató de que De Souza, suelto, pero más cerca del área de lo que habitualmente suele moverse, consiguiera una pelota para desnivelar.
Al bolso lo único que le faltó fue el remate final. Porque después del empate bien pudo ponerse una vez más en ventaja. Falló Rodríguez tras gran jugada, se lució Martín Silva ante Arismendi y el "Cacique" Medina.
Nada cambió en la segunda mitad. Ni siquiera la expulsión de Matías Rodríguez. Porque si bien la violeta pudo jugar más suelto, con mayor tranquilidad, no abandonó su tesitura de proteger el arco.
Y Nacional, que chocó contra un equipo que empezó a manejar el partido para que no se le fuera de las riendas, igual siguió atacando. Procurando encontrarle la vuelta al partido.
Pudo lograrlo. Porque el arquero Silva volvió a ser figura ante un disparo del "Morro", un cabezazo de Victorino y un disparo del "Hueso" Romero. De la misma forma que, hay que remarcarlo, Nacional también estuvo a centímetros de recibir un castigo mayor, porque un centro de De Souza cruzó el área sin que nadie la tocara después de una mala salida de Muñoz y ligó un montón cuando Leandro Cabrera le reventó la cabeza a su compañero Mario Risso, en una pelota que tenía claro destino de red.
El negocio al final terminó siendo para los de Punta de las Carretas, especialmente porque corre con la ventaja de que mete una victoria en los próximos 90 minutos y se termina la historia.
Al tricolor, ahora, lo apremiará la necesidad de ganar o, al menos, de forzar una nueva semifinal con otro empate. Y a lo mejor le pesa el antecedente que la tarde que lo buscó por todos lados, no pudo llenar el bolso de la forma en la que lo merecía.
Las cifras
1 victoria es lo que precisa ahora Defensor Sporting para terminar la serie y ser bicampeón.
3 partidos lleva Nacional sin ganarle a Defensor: 2-2 en el Apertura, 2-3 en el Clausura y ahora 1-1.
Fuente:ovación
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