El Mallorca impuso su ley en Mestalla y ganó con más comodidad de la esperada al Valencia
en un encuentro condicionado por el dudoso penalti que abrió el
marcador, pero en el que el conjunto visitante fue superior e hizo valer
los dos goles del uruguayo Gonzalo "Chori" Castro para sumar los tres puntos.
El Valencia, salvo destellos esporádicos, jugó mal desde el principio
hasta el final, estuvo durante muchos minutos a merced del rival y
mostró, con amplitud, toda la gama de sus defectos.
El Mallorca, por su parte, estuvo entonado durante todo el partido y
en la segunda parte, cuando su objetivo no era otro que mantener el
resultado, sólo padeció en los balones bombeados de los cinco minutos
finales.
Es cierto que el penalti que provocó el 0-1 fue riguroso, pero
incluso antes de esa jugada, como sobre todo a continuación, el Mallorca
jugó mejor que el Valencia.
Sus futbolistas estaban muy bien posicionados sobre el terreno de
juego y muy concentrados en la presión ante un Valencia sin rumbo, con
sus jugadores desubicados y sin ideas ofensivas.
En ese escenario, la llegada de los jugadores locales a la meta rival
fue escasa y las aproximaciones del Mallorca siempre peligrosas, hasta
el punto de que el 0-2 ya había llegado al marcador antes de la media
hora de juego.
El Valencia no reaccionaba, pero se metió en el encuentro con un gol de penalti marcado por Soldado,
que dio paso a los mejores momentos del Valencia en el primer periodo,
con una alguna tímida opción de empatar, pero sin que faltara algún
contragolpe del Mallorca con posibilidades de hacer subir el 1-3 al
marcador.
En el segundo tiempo, el Mallorca dio entrada a Pereira por elñ
brasileño Ratinho, sin modificación en el esquema, pero entraron Bruno y
Aduriz en el Valencia, que empezó a jugar con dos delanteros y tuvo más
mordiente que en el primer periodo.
El Valencia mejoró, pero no fue regular. El Mallorca no se sintió
agobiado porque al rival le faltaba cohesión. Le faltaban argumentos
para dar la sensación de que era posible evitar la derrota y el rival se
sentía cómodo.
Entró el encuentro en su cuarto de hora final con el Mallorca más
asentado que el Valencia. A pesar de que el equipo balear llegaba poco a
la meta de Moyá, su fútbol era más preciso que el de un desquiciado Valencia, que unía el infortunio a su pésimo juego.
Sólo en los compases finales, con algunos buenos centros, estuvo
cerca el gol del empate, pero la defensa mallorquinista se mostró
segura. Hubo un posible penalti a Castro en una contra. El mismo jugador
falló en el siguiente contragolpe y los puntos fueron para el conjunto
mallorquín.
Fuente:as.com
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