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jueves, 18 de junio de 2009

Estalló el corazón "bolso"


"Va a ser muy difícil dormir esta noche", dijo el volante Pierre al llegar extenuado al vestuario de Palmeiras después de seguir a Lodeiro por toda la cancha.

Los "bolsos" en cambio no iban a tener ningún problema para conciliar el sueño. Seguramente, lo lograron apenas pusieron la cabeza en la almohada. Y se durmieron con una sonrisa dibujada en sus labios. Los creyentes, convencidos que fue Dios el que sopló el remate de Obina desviando la pelota apenas afuera. Otros se fueron a la cama pensando que simplemente era cuestión de merecimiento y que era el equipo de sus amores el que debía estar en las semifinales de la Copa Libertadores. Nuevamente, como hace 21 años.

Por la clase de Coates, la lucha de Arismendi y el sacrificio del "Cacique" Medina.

Por el apoyo de la gente que una vez más le dio un marco impresionante a la fiesta. Por los que driblearon al jefe para irse un rato antes del trabajo. Por los que llevaron a sus hijos sin importarles el frío ni el acecho cada vez más cercano de la tan mentada gripe porcina. Esa misma enfermedad que permitió que los tricolores llegaran a semifinales sin haber pasado por los octavos.

Por los que juntaron monedas para comprar el humo de colores y darle al equipo un recibimiento espectacular. Porque cuando Nacional salió al campo de juego, el humo verde que había soltado la "torcida" paulista pareció insignificante al lado del rojo, blanco y azul que inundó las dos cabeceras.

Por los que encendieron las miles de lucesitas que llenaron las tribunas de luciérnagas en noche de verano. Por los que armaron las serpentinas que saludaron a los capitaneados por OJ y taparon luego los taludes Amsterdam y Colombes. Por los que cantaron, por los que alentaron agitando banderas y camisetas.

Por Mathías Cardacio y el "Chengue" Morales que estuvieron antes del partido en el vestuario demostrando que a Nacional no se lo puede olvidar fácilmente.

Por Alexander Medina que recorrió la cancha para estrecharse en una abrazo con cada uno de sus compañeros antes de que el juez pitara el comienzo del partido.

Por las sombrillas que bailaron toda la noche en la Colombes, una tribuna que les fue impuesta pero donde los "bolsos" se sienten cada vez más cómodos.

Por el "¡Nacional, Nacionaaal!", que sonó fuerte en los momentos más difíciles alzándose incluso sobre la batucada visitante.

Por los que aplacaron los nervios jugando con las enormes pelotas rojas del Banco Santander durante el entretiempo.

Por los que aplaudieron la salida del "Grillo" Biscayzacú aunque esta vez no hubiera podido cantar "cri cri". Por el argentino Federico Domínguez que con sus brazos le pidió más aliento a la tribuna Olímpica.

Por los pocos que comenzaron el ya clásico "¡el que no salta es de Peñaroool!" que terminó con todo el Estadio saltando. A los que sufrieron cada vez que el arquero Marcos subió al área a cabecear. A los que soportaron estoicos el dramatismo final.

Por las 55.000 personas que sacaron como antes, como siempre, los pañuelos blancos para festejar el empate que los puso nuevamente en las semifinales de la Copa Libertadores. Como hace 21 años.

La cifra

55.000 Personas fueron las que se dieron cita anoche en el Estadio Centenario para alentar a Nacional. Se fueron felices con la clasificación.

La imagen del dolor

El arquero Marcos se quedó sentado en el campo, desolado y buscando una explicación en el piso. Hizo todo lo que pudo y en los minutos finales subió a cabecear buscando una victoria que era lo único que les servía.

La humareda tricolor

Los hinchas de Nacional le brindaron un recibimiento espectacular a su equipo. El humo blanco, azul y rojo cubrió totalmente las tribunas Amsterdam y Colombes dándole un colorido y calor muy especial a la noche invernal.

Las sonrisas de dos semifinalistas

Durante el partido de anoche, tanto el argentino Federico Domínguez como el "Cacique" Alexander Medina apretaron los dientes. Pero al final, los dos mostraron sus grandes sonrisas al festejar el pasaje a las semifinales de la Copa y compartirlo con las tribunas repletas de hinchas.

Fue la más clara

Un minuto después del tiro de Obina, Santiago García protagonizó un contragolpe electrizante. El "Morro" le ganó a los defensas brasileños en velocidad y definió ante la salida del arquero Marcos; pero la pelota se fue afuera.

Se detuvo el pulso...

O.J. Morales y Rodrigo Muñoz siguen la trayectoria de la pelota. Afortunadamente, el cabezazo de Obina se fue apenas afuera. Fue el peor momento de la noche para los hinchas tricolores que al final volvieron a respirar.

Fuente:ovación

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